Conforme a lo que indicaban en la misma noche electoral sondeos a pie de urna, la candidata ultraderechista, Marine Le Pen, se disputará en la segunda vuelta la presidencia francesa con el actual jefe de Estado, Emmanuel Macron. Macron ha sido el candidato más votado con el 27,6% en la primera vuelta de los comicios presidenciales en Francia que tuvieron lugar este domingo, seguido muy de cerca, poco más de cuatro puntos porcentuales, por el 23,41% que ha obtenido Le Pen, según los datos provisionales que ofrece el ministerio del Interior francés.
Según el escrutinio, que se encuentra al 97% (solo quedaría contar el voto extranjero), Macron sube con respecto a la primera vuelta de los comicios de 2017, en la que consiguió un 24,01 % y también avanza Le Pen, que había logrado hace cinco años el 21,30 %. Así, ambos se disputarán de nuevo el Elíseo en una segunda vuelta que tendrá lugar el próximo 24 de abril.
Y detrás de estos candidatos, el "caos político", según lo ha catalogado el diario francés Le Monde. Porque salvo el resultado del tercer candidato más votado, el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, de la Francia Insumisa, el resto quedan en posiciones muy alejadas. Con un 21,95 % de los sufragios, Melenchon ha mostrado una progresión significativa respecto al 19,58 % de 2017. Muy por detrás está el ultraderechista Éric Zemmour, con un 7,05 %, la pretendiente de LR, Valérie Pécresse, con un 4,79 %, el ecologista Yannick Jadot con un 4,58 %, el diputado Jean Lassalle, defensor de intereses del mundo rural, con un 3,16 %, y el comunista Fabien Roussel, con un 2,31 %. La socialista Anne Hidalgo, alcaldesa de París, obtiene los peores resultados de la historia de su partido con mucha diferencia con solo el 1,74 % de los votos y termina en antepenúltima posición de los 12 políticos que concurrían por el Elíseo.
El presidente Macron quiso alejarse de un discurso triunfalista en su aparición ante sus simpatizantes en la Puerta de Versalles en la noche del domingo, donde advirtió que "nada está resuelto" y que "el debate que tendremos los próximos 15 días es decisivo para nuestro país y para Europa".
Conservadores, socialistas y ecologistas piden el voto para Macron
En su tercer intento por conquistar el Elíseo, Mélenchon ha pedido que no haya "ni un solo voto para Marine Le Pen" en la segunda vuelta.
"Se abre una nueva página de lucha. Cada uno de vosotros se encuentra frente al muro de la decisión que debe tomar (...). Conozco vuestro enfado. No dejéis que os haga cometer errores que serían difíciles de reparar", ha afirmado Mélenchon. "Sabemos a quién no votaremos nunca. No debemos darle un solo voto a la señora Le Pen", ha insistido.
También han pedido el voto para Macron Anne Hidalgo, la candidata de la derecha moderada, Valérie Pécresse, y el candidato del Partido Comunista Francés Fabien Roussel, quien ha destacado que "nunca permitiría que un proyecto racista y xenófobo gane responsabilidad en Francia".; también ha pedido cordón sanitario el ecologista Yannick Jadot, quien ha exigido "bloquear la extrema derecha".
En este contexto, también el sindicato más grande de Francia, la CFDT, ha pedido a sus miembros que voten por el presidente Macron en la segunda vuelta. "Este llamado no es un respaldo al historial del presidente saliente ni un respaldo a su programa", han especificado en un comunicado, donde recalcan que el objetivo es que la candidata de extrema derecha no llega al gobierno.
Le Pen promete "poner en orden Francia"
Por su parte, la ultraderechista Marine Le Pen ha pedido el voto a todos aquellos que no han apoyado al candidato a la reelección en la primera ronda. "El próximo día 24 se juegan dos visiones de la sociedad, la de la división y el desorden o la de la unión de los franceses en la justicia social y la protección. Todos los que no han votado a Macron están invitados a sumarse a esta unificación", ha dicho Le Pen.
La candidata de la Agrupación Nacional (AN) ha prometido además "poner en orden Francia en cinco años". "De su voto dependerán las decisiones políticas del próximo quinquenio, pero en realidad comprometerán a Francia durante los próximos 50 años. Pondré Francia en orden en cinco años", ha afirmado.
Macron: "Tiendo la mano a todos"
En cuanto al presidente francés, Emmanuel Macron, ha tendido la mano a todos los electores, dispuesto a "inventar algo nuevo para unir convicciones y sensibilidades diversas" de cara a la segunda vuelta.
"Vuestra confianza me honra y me compromete (...) No nos equivoquemos. Nada está decidido. Y el debate que tendremos en los próximos quince días es decisivo para nuestro país y para Europa", ha afirmado Macron.
Una participación tan baja como la de hace 20 años
La participación en estos comicios presidenciales en Francia ha sido baja, del 65%. Concretamente, ha decaído cuatro puntos respecto a la registrada en las anteriores elecciones en el país. Una alta abstención que no se registraba desde 2002, hace 20 años.
Las elecciones han estado marcadas por la crisis de la izquierda. Con un resultado desolador, el Partido Socialista en estos momentos se juega la desaparición o la refundación, porque con los datos obtenidos ni siquiera ha llegado al 5% mínimo para formar parte del parlamento.
Ha sido además una campaña atípica, excesivamente marcada por la guerra de Ucrania. Al menos para Macron, que ha intentado ser el mediador europeo, aunque en Francia no ha tenido suficiente cabida el debate entre Rusia y Ucrania y ha dado igual la instantánea en la que el propio presidente francés comparó su papel en Ucrania con la de Kennedy en la crisis de los misiles de Cuba.
Por otro lado, el candidato Éric Zemmour, ha hecho que temblaar el Elíseo, entrando en las presidenciales para hacer frente a Le Pen. Con ello ha conseguido que esta tenga una imagen de moderación.
Así, ni su conocida cercanía a Vladímir Putin le ha hecho perder puntos en su campaña. Ella se ha quedado en casa y ha optado por un discurso tranquilo y centrado en prometer medidas que desahoguen la economía de su pueblo: la bajada del IVA o la exención de los impuestos a los jóvenes.
Un pulso más ajustado que en 2017
Pese al avance de Macron respecto a lo que ocurrió hace cinco años, su pulso con Le Pen de cara al próximo 24 de abril se anuncia mucho más ajustado que en 2017, cuando en la segunda vuelta arrasó con el 66,10 % de los votos, casi el doble que la líder ultraderechista, que tuvo que contentarse con el 33,90 %. Los institutos demoscópicos en los sondeos realizados durante la jornada electoral del domingo señalan que si esa segunda vuelta se hubiera celebrado ayer mismo, el actual presidente habría ganado pero con un margen mucho más ajustado. En concreto, habría logrado entre el 51 % y el 54 % de los votos, frente al 46 %-49 % de Le Pen.