El asalto al Capitolio por parte de seguidores de Donald Trumpcogió a la Policía por sorpresa, pero sus autores ya habían anunciado sus intenciones. El periodista Robert Evans, que ha seguido muy de cerca las protestas acontecidas estos meses en Estados Unidos, explica que los radicales ya estaban hablando de su deseo de asaltar el Capitolio, de que Biden no había ganado las elecciones legítimamente, y que querían mantener a Trump en el poder.

"La mejor forma de hacerlo era asaltar el Capitolio, detener el proceso de certificación, arrestar e, incluso, ejecutar a líderes electos, incluido el vicepresidente Mike Pence", afirma el periodista, que lleva años informando sobre la extrema derecha en el país.

El día anterior al asalto, el periodista ya contó en un artículo lo que algunos de los participantes en el ataque contaban en sus redes. "Estuvieron hablando en línea sobre atacar a los periodistas, quitarles los equipos para, o bien destruirlos, o utilizarlo para emitir ellos su propio contenido", relata el experto, sobre hechos que finalmente ocurrieron. "Hablaron de llevar explosivos y se encontraron artefactos en las sedes de los comités republicano y demócrata en el Capitolio", añade.

De todo lo que hablaron en internet, algunos de ellos lo llevaron a cabo, por lo que Evans cree que "no hay razón para que nadie se sorprenda por lo que ocurrió".

Lo vieron periodistas como él pero no saltaron las alarmas para las fuerzas de seguridad. Algo, dice Evans, que no es nuevo. "Esto es parte de un problema de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos que viene de lejos. Las amenazas de los extremistas de extrema derecha no se toman en serio porque se percibe como más mainstream o más en línea con lo que piensan algunos de los propios agentes. Esto lleva años pasando hay algunas fuerzas de seguridad federales, particularmente el FBI, que han advertido de forma consistente sobre el extremismo de extrema derecha, pero en la policía de Estados Unidos en su conjunto no se toman en serio el problema de la extrema derecha", cuenta. De hecho, la mayor parte de ataques terroristas en Estados Unidos los perpetran grupos de extrema derecha.

"Ha sido una victoria para ellos"

Evans cree que el violento asalto al Capitolio no es el final sino el principio, y vendrán más intentos de tomar el edificio oficial. "Esto ha sido una victoria para ellos. Ganaron. Al final les sacaron, pero han tenido horas de propaganda de ellos en las oficinas de sus enemigos políticos". Esto supone, para el periodista, una poderosa arma para reclutar.