Ha llegado a su destino final en el Ártico ruso la central nuclear Academik Lomonosov, la primera central eléctrica atómica flotante rusa, tras un viaje de tres semanas y 5.000 kilómetros.
La empresa estatal de energía atómica rusa, Rosatom, ha informado de que la central ha llegado ya al puerto de Pevek para suplir la producción eléctrica de dos centrales de la zona que se van a cerrar. La Academik Lomonosov partió el pasado 23 de agosto de Murmansk, en el extremo noroccidental de Rusia, y ha viajado por la ruta del mar del Norte hasta Pevek. La central lleva el nombre de Mijail Lomonosov, un científico ruso del siglo XVIII.
El buque cuenta con dos reactores de agua presurizada que pueden generar electricidad suficiente como para abastecer a una localidad de unos 100.000 habitantes. Además de a los 4.000 habitantes de Pevek también aportará electricidad a varias minas y plataformas petroleras y de gas situadas en las aguas cercanas, según Rosatom.
Este proyecto aspira a fabricar en serie buques con capacidad nuclear que revitalicen la economía de un región rica en recursos naturales pero muy aislada del resto del país. El máximo responsable de Rosatom, Alexei Lijachev, ha destacado que este reactor flotante supone "un punto de inflexión en el desarrollo de centrales nucleares pequeñas y modulares".
Se trata de un buque de 144 metros eslora y 30 de manga y tiene capacidad para funcionar durante entre tres y cinco años sin reabastecimiento.
La organización ecologista Greenpeace ya ha advertido de que el Academik Lomonosov es un peligro medioambiental, un 'Chernóbil flotane', por lo que ha pedido que se cancele el proyecto. Rusia sin embargo sostiene que cuenta con potentes medidas de seguridad que lo hacen invulnerable a tsunamis y otros desastres naturales. Estados Unidos ya experimentó con este tipo de tecnología, pero posteriormente la descartó.