Yusra Mardini ha logrado ser nadadora olímpica en Río, y hace apenas un año, nadaba para salvar su vida. Ella huyó de la guerra en Siria y cuando trataba de llegar a la isla griega de Lesbos, su barca se estropeó y tuvo que nadar empujándola, salvando a una veintena de personas.

Así, esta nadadora, que pertenece al equipo olímpico de refugiados, ha ganado en Río su serie de 100 metros mariposa. Lejos está de morder una medalla de oro, pero su historia sí está arriba del pódium.

Con solo 18 años forma parte del primer equipo de refugiados en unos Juegos Olímpicos. "No compartimos el mismo idioma, no somos de los mismos países, pero la bandera olímpica nos une y representamos a 60 millones de personas", ha declarado la deportista.

Mardini escapó hace un año de la guerra. En Turquía, las mafias la subieron a una lancha. El motor se paró y comenzaron hundirse. "Es bastante duro saber que eres nadadora y que al final vas acabar muriendo en el agua", ha expresado.

Su hermana y ella se tiraron a las frías aguas del Egeo para empujar el barco. "De los 20 que había en el barco, yo era una de las pocas que sabía nadar", ha afirmado Yusra.

Tres horas más tarde llegaban todos a salvo a la isla griega de Lesbos. Desde allí, Yusra y su hermana cruzaron cinco países hasta llegar a Alemania, donde esperaron a que llegaran sus padres. En una piscina de Berlín retomó los entrenamientos y no tardó en llamar la atención del COI.

"Va a ser una experiencia increíble para mí", ha comentado sobre su participación en los Juegos Olímpicos. Y después de ganar la carrera en Río, se centra en su otro sueño. "Espero que la guerra termine y todo el mundo vuelva a su país", ha concluido.

Incluida su familia, que ansía reconstruir su casa de Damasco destruida por las bombas.