El volcán sigue rugiendo y su actividad se ha incrementado desde hace días. Su erupción no ha provocado un terremoto, por lo que no ha sido detectado por los servicios de emergencia.

Por ello, las autoridades no decretaron alerta de tsunami, sólo se había alertado de la fuerte subida de la marea por la luna llena. Las autoridades aseguran que no tienen herramientas para prever las erupciones volcánicas y que por eso los avisos no han llegado a tiempo.

Pero la explosión sí provocó el desplazamiento submarino de placas, lo que ha generado unas olas que se han adentrado 20 metros en la costa, sembrando el pánico en la población. El Anak Krakatoa se sitúa entre las islas de Java y Sumatra, al suroeste de Indonesia.

No es la primera vez que entra en erupción. A finales del siglo XIX dejó decenas de miles de muertos y zonas completamente arrasadas. Las narraciones de la época hablan que la explosión se sintió a cientos de kilómetros, incluso en Australia.

Las nuevas erupciones han hecho que el Anak Krakatoa siga creciendo a razón de cinco metros por año y hoy ha vuelto a provocar una masacre en Indonesia, un país muy castigado por los desastres naturales.