Otra macrooperación para desactivar una célula terrorista que planeaba ataques inminentes y que, según la televisión flamenca, tenía el fútbol en el punto de mira: pretenderían atentar coincidiendo con los partidos de la selección belga, los 'diablos rojos' que juegan en la vecina Francia. Un pinchazo telefónico habría precipitado la operación.
Docenas de casas registradas en la región de Bruselas, zonas tristemente famosas como Molenbeek o Schaerbeek, pero también en Valonia o Flandes. No se han encontrado armas ni explosivos, pero unas 40 personas han sido interrogadas y 12 están detenidas a la espera de lo que diga el juez antiterrorista.
Podrían pertenecer al séquito de Najim Laachraoui, el terrorista que se voló en el aeropuerto de Zaventem. Y sólo unas horas antes, detenían a un treintañero belga acusado de ser el octavo implicado en los atentados del 22M.
Se ha reforzado la seguridad en bares y 'fan zones' donde se reúnen los aficionados belgas, pero también en puntos de gran tránsito como centros comerciales y estaciones. "Evidentemente todos estamos amenazados", señalaba el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz. Además, paralelamente, cuatro ministerios y el despacho del 'premier' Michel cuentan con máxima protección, pues habrían recibido amenazas.