El Ejército israelí ha anunciado este viernes el cese de dos oficiales y amonestaciones para otros tres, entre ellos el jefe de operaciones para el Mando Sur, en relación al ataque contra el convoy de la organización humanitaria World Central Kitchen que costó la vida a siete de sus integrantes. Asimismo, concluye que el ataque al convoy humanitario de la ONG del chef español José Andrés se debió a un "error" al creer que en él viajaban dos milicianos armados de Hamás, según la investigación del Ejército israelí.

La investigación concluyó que las fuerzas israelíes identificaron a dos "pistoleros" en los camiones de ayuda mientras el convoy se dirigía a un almacén en Deir al Balah, y cuando los vehículos abandonaron el lugar tras la descarga, "uno de los comandantes supuso erróneamente que los pistoleros iban dentro de los vehículos y que se trataba de terroristas de Hamás".

Esta es la conclusión fundamental de la pesquisa independiente encargada por el Ejército al Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos (FFAM), un cuerpo liderado por el mayor general Yoav Har Even, encargado de ofrecer la mayor información posible para decidir si se abre una investigación criminal sobre incidentes en combate.

La ONG WCK ha respondido a esta investigación, insistiendo en "la creación de una comisión independiente para investigar los asesinatos" de los cooperantes. "Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no pueden investigar de manera creíble su propio fracaso en Gaza", ha destacado la ONG de José Andrés en un comunicado tras conocerse las conclusiones del Ejército. "Las FDI han reconocido su responsabilidad y sus errores en el ataque mortal a nuestro convoy en Gaza", han destacado.

Sin embargo, señalan que esta investigación muestra que se "ha desplegado fuerza letal sin tener en cuenta sus propios protocolos, cadena de mando y reglas de enfrentamiento". "Las FDI han reconocido que nuestros equipos siguieron todos los procedimientos de comunicación adecuados. El propio vídeo de las FDI no muestra ningún motivo para disparar contra nuestro convoy de personal, que no llevaba armas y no representaba ninguna amenaza", añaden. Por eso, consideran que "sin un cambio sistémico, habrá más fracasos militares, más disculpas y más familias afligidas".

Israel publica la investigación

Los hallazgos de la investigación fueron presentados ayer al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, y hechos públicos este viernes, cuando también se llevaron a cabo sesiones informativas con embajadores y cuerpo diplomático. "Las fuerzas no identificaron los vehículos en cuestión como asociados a WCK. Tras una identificación errónea por parte de las fuerzas, atacaron a los tres vehículos WCK basándose en la clasificación errónea del evento y la identificación errónea de que los vehículos tenían agentes de Hamás en su interior", señala la investigación.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) concluyen que tanto los cesados como los apercibidos "gestionaron mal información crítica" y "violaron las reglas de enfrentamiento" marcadas por el Ejército israelí. Las conclusiones indican que "el incidente podría haberse evitado" y que "quienes aprobaron el ataque estaban convencidos de que estaban atacando a operativos armados" del movimiento palestino Hamás.

Sea como fuere, el Ejército indica que "el daño a los vehículos de ayuda es un grave error" derivado de una "grave" cadena de fallos, resultado de "una identificación errónea", un "error en la toma de decisiones" y un "ataque contrario a las órdenes" de la apertura de fuego.

El convoy iba perfectamente identificado

El ataque contra el convoy humanitario de la ONG estadounidense World Central Kitchen (WCK), fundada por el chef español José Andrés, se cobró la vida de siete de sus empleados: el palestino Saifeddin Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby. Aunque iba perfectamente identificado, el convoy de WCK recibió el impacto de tres misiles disparados por un dron, lo que fue "una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar de las Fuerza de Defensa de Israel", concluyó.

"Los hallazgos de la investigación indican que el incidente no debería haber ocurrido. Quienes aprobaron el ataque estaban convencidos de que su objetivo eran agentes armados de Hamás y no empleados de WCK", indicó el FFAM, que también apuntó "errores en la toma de decisiones". Tras analizar las conclusiones del informe, el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, adoptó la siguientes medidas: cesar al comandante de apoyo de fuego de la brigada, un oficial con rango de mayor; y al jefe de la brigada, un coronel en la reserva; además de amonestar a los comandantes tanto de la brigada como de la 162.ª división, que opera en el centro de la Franja.

Además, Halevi "reprenderá formalmente" al jefe del Comando Sur, por "su responsabilidad general en el incidente. "Nos tomamos en serio el grave incidente que se cobró la vida de siete trabajadores humanitarios inocentes. Expresamos nuestro profundo dolor por la pérdida y enviamos nuestras condolencias a las familias y a la organización WCK", indicó.