Los rebeldes hutíes del Yemen, respaldados por Irán, han reivindicado este domingo ataques con misiles y drones contra los buques de carga Unity Explorer y Number 9 -que aseguran que son "israelíes"-, mientras transitaban por el mar Rojo, escenario de una creciente tensión por la guerra en la Franja de Gaza. Anteriormente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos había confirmado un ataque lanzado este domingo por la insurgencia hutí contra su destructor USS Carney.

Según el comunicado, recogido por la corresponsalía en Washington de la cadena Al Arabiya, el destructor norteamericano "abatió en un primer momento un avión no tripulado de la insurgencia hutí en su dirección mientras navegaba por el sur del mar Rojo". A continuación, el destructor observó que "un misil balístico había sido disparado contra un carguero civil, identificado como el Unity Explorer".

El misil impactó en las inmediaciones del barco, de bandera bahameña pero operado desde Reino Unido. "Inmediatamente, el Carney respondió a su llamada de ayuda y, durante la misión de asistencia, derribó otro avión no tripulado hutí que se dirigía en la dirección de ambos barcos", de acuerdo con la nota. Fuentes del diario israelí 'Haaretz' han confirmado el ataque contra este carguero y destacan que la compañía británica que lo opera es propiedad de Danny Ungar, hijo del magnate comercial israelí Rami Ungar, otro de cuyos barcos fue interceptado hace dos semanas.

Los hutíes revindican dos ataques, pero no al destructor de EEUU

El portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea, ha señalado en un discurso televisado que los insurgentes "llevaron a cabo una operación contra dos barcos israelíes" en el estrecho de Bab el-Mandeb, e identificó los buques como Unity Explorer, con bandera de Bahamas, y Number 9, con bandera de Panamá.

"El primer barco fue atacado con un misil naval y el segundo con un dron naval", ha indicado el portavoz militar, que añadió que la operación tuvo lugar "después de que los dos buques rechazaran los mensajes de advertencia" de los hutíes. Los rebeldes han justificado los ataques, al igual que los anteriores, asegurando que por la lucha y el apoyo al pueblo palestino.

Además, Yahya Sarea ha asegurado que seguirán atacando en el mar Rojo y en el mar Arábigo mientras dure la invasión de Gaza por el Estado Judío. Por eso, ha avisado de que será "objetivo militar cualquier buque israelí o relacionado con los israelíes" y que lo considerarían "un objetivo legítimo" dadas las advertencias de ahora y anteriores.

Sin embargo, en la rueda de prensa el portavoz no ha ofrecido detalles sobre los daños que sufrieron las embarcaciones. El Unity Explorer, gestionado por la empresa británica Unity Explorer Ltd, partió del Canal de Suez en dirección a Singapur, la ruta inversa que hacía el Number 9, propiedad de la singapurense Pacific International Lines Pte Ltd.

La entidad de la Marina británica Operaciones Marítimas Comerciales (UKMTO, por sus siglas en inglés) ha informado de un ataque con dron en las proximidades y ha instado a los buques que navegan por la zona a "tomar precauciones". Anteriormente, la UKMTO dijo que había recibido informes sobre la actividad de drones y de "una posible explosión" que "se originó desde la dirección del Yemen", mientras que también apuntó que una "entidad que declaraba ser las autoridades yemeníes" ordenó a un buque a cambiar de ruta.

Varios ataques

Con el estallido de la guerra en la Franja de Gaza, los hutíes amenazaron con "no quedarse de brazos cruzados" y, desde entonces, han lanzado una serie de ataques con misiles y drones contra Israel que han sido interceptados por las defensas aéreas del Estado judío o por buques de guerra de Estados Unidos.

Pero ante la ineficacia de sus ataques, los insurgentes amenazaron con atacar buques con la bandera de Israel o propiedad de empresas israelíes que transiten por el mar Rojo, una de las vías de comercio marítimo más importantes del mundo. A mediados de noviembre, los insurgentes capturaron el carguero Galaxy Leader, que transportaba vehículos, y que es propiedad de una empresa británica pero operado por la naviera japonesa Nippon Yusen (NYK Line), aunque sería propiedad parcial de un empresario israelí.