Con Rusia aún de resaca post-rebelión (frustrada), Putin se prodiga en televisión: este domingo "desde Palacio", este lunes dirigiéndose a empresarios... pero ojo, ni en vivo ni en directo: todos sus mensajes eran grabados.
Este detalle ha hecho que se hayan alimentando las especulaciones de dónde está realmente y de por qué no se ha dejado ver en público, con su gente, ni siquiera para reafirmar su poder tras ese levantamiento que —coincide Occidente— le pone muy en cuestión.
"Lo sucedido este fin de semana demuestra que la guerra en Ucrania está resquebrajando el poder ruso. Putin creó un monstruo, Wagner, que ahora le ha mordido" asegura Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea. En la misma línea se ha pronunciado el Secretario General de la OTAN.
"¡La única solución para Rusia es una bala en la cabeza de Prigozhin, que lo ejecuten!", claman diputados de Putin como Andrei Gurulyov, en horario de máxima audiencia en la tele rusa. Mientras, en Moscú amenazan y se afanan por borrar las trazas de Wagner, retirando sus pancartas y anuncios de reclutamiento. Tampoco se ha visto si su jefe, Prigozhin, que ha llegado a su exilio bielorruso.
¿Putin perdona de verdad?
También hay muchas dudas sobre cuán real es la amnistía — Putin se ha hartado de decir que "la traición es lo único que jamás perdonaría", acrecentadas cuando los medios rusos —agencia estatal de noticias incluida— han confirmado en la mañana de este lunes que la investigación criminal contra Prigozhin sigue.
¿Qué acordaron Putin y Prigozhin?
Quienes saben bien cómo se las gastan los servicios secretos rusos avisan a Prigozhin: "Ha salvado su vida, peroha perdido a su milicia; deberá tener mucho cuidado al pasar cerca de ventanas abiertas en su nuevo entorno en Bielorrusia". Son palabras del general retirado y exdirector de la CIA David Petraeus. Eso es prácticamente lo único que se sabe del pacto: que sus mercenarios vuelven al redil del Kremlin. No está claro qué pasará con los desplegados en Ucrania, pero tampoco en otras partes donde operan como África.
¿Se veía venir?
A todo esto, ahora resurge la entrevista con un famoso bloguero ruso, de hace un par de meses, de la que podría parecer salió la idea del motín. A preguntas de si están resentidos con el Kremlin (por la falta de apoyo, material...) y si marcharán sobre Moscú, Prigozhin responde: "No lo había pensado, pero es una idea muy interesante".
A partir de ahí, sobre lo que había detrás de este motín, los analistas también coinciden: "El plan (de Prigozhin) era intentar cambiar el equilibrio de poderes en el ministerio ruso de Defensa". Así lo explica Jack Watling, analista de los Servicios Reales británicos. Se especula, de hecho, con que la retirada de Wagner era a cambio —¿entre otras cosas?— de que fueran destituidos el ministro y el jefe del Estado Mayor, piezas clave de la Defensa de Putin.