Un verano bajo el fuego

El fuego no da tregua a Turquía: más de 40 incendios arrasan el país en plena ola de calor extrema y dejan al menos 17 muertos

Los datos Con más de 50 grados y ráfagas de viento de hasta 70 km/h, los servicios de emergencia trabajan al límite en Turquía, que ya ha registrado más de 1.000 incendios forestales en lo que va de año. El cambio climático, en el centro de la crisis.

El fuego no da tregua a Turquía: más de 40 incendios arrasan el país en plena ola de calor extrema y dejan al menos 17 muertos

Turquía vive uno de los peores episodios de incendios forestales de su historia reciente. Hay más de 40 fuegos activos repartidos por todo el país, con al menos 17 personas fallecidas y más de 3.500 evacuadas. Las llamas han arrasado miles de hectáreas y barrios enteros han quedado completamente calcinados. Las autoridades aseguran que hacen todo lo posible por controlar los focos, pero las condiciones no ayudan: temperaturas por encima de los 50 grados, fuertes rachas de viento y una sequía extrema convierten cada chispa en una catástrofe.

En la provincia de Bursa, al norte del país, se vive una de las situaciones más críticas. Es la cuarta ciudad más grande de Turquía, con más de tres millones de habitantes, y varios de sus distritos están siendo devorados por el fuego. Uno de los incendios más peligrosos parecía estar controlado por la noche, pero se reactivó con fuerza este lunes, según ha explicado el alcalde de la zona. La sensación general es de impotencia: hay personal, pero no hay medios suficientes para luchar contra el fuego que avanza sin descanso.

Además, las autoridades turcas han detenido a un hombre acusado de provocar uno de los grandes incendios. Se trata de un exmilitar con supuestos vínculos con el movimiento predicador Fethullah Gülen, al que el Gobierno acusa de haber organizado el fallido golpee de Estado de 2016.

El fuego se extiende por toda la región

Pero esta emergencia no solo es turca. Grecia también está sufriendo una oleada de incendios forestales que han calcinado más de 5.500 hectáreas en los últimos días. Cerca de Atenas, en la isla de Cítera y en otras zonas como Eubea o Creta, miles de personas han tenido que abandonar sus casas. El fuego ha arrasado viviendas, negocios y bosques, aunque en las últimas horas algunos de los grandes focos han sido controlados.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha prometido ayuda inmediata para los afectados y ha reforzado el operativo de emergencia con decenas de medios aéreos y cientos de bomberos.

También Bulgaria está luchando contra la situación límite. Solo en las últimas 24 horas se han registrado más de 200 incendios, después de haber apagado 269 focos el día anterior. En total, el país ha recibido más de 300 llamadas de emergencia por fuegos que afectan a viviendas, zonas rurales e incluso vertederos. El sur de Bulgaria es la zona más afectada y el Gobierno ha pedido ayuda a la Unión Europea, que ya ha enviado helicópteros y equipos desde varios países.

Cambio climático: el gran enemigo

Todo apunta a una causa común: el cambio climático. Las altas temperaturas, la falta de lluvias y los vientos intentos están haciendo que el verano se convierta en una auténtica pesadilla para el Mediterráneo oriental. Lo que antes eran incendios puntuales, ahora son crisis regionales.

Los datos lo confirman. En lo que va de año, Turquía ha registrado más de 1.000 incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas. En Grecia, y Bulgaria, las cifras no son mucho mejores. Y lo peor es que la temporada de incendios aún no ha terminado.

Mientras tanto, los bomberos, voluntarios y cuerpos de seguridad siguen trabajando sin descanso, con el fuego ganando terreno en muchos casos. La situación cambia por horas y cualquier ráfaga de viento puede volver a encender un frente que parecía apagado. La lucha continúa. Pero está claro que ya no es solo contra las llamas: es contra una realidad climática que, si no se frena, promete veranos aún más duros en los próximos años.