Es la sesión del Parlamento ruso donde se ha legitimado la brutalidad, siempre que sea en casa, de puertas para adentro.Casi todos los diputados, hombres en aplastante mayoría, han votado sí a que la violencia machista y doméstica sea un delito civil y no penal.
Queda otra votación para que se apruebe. Un hombre en Rusia no irá a la cárcel por abofetear a su mujer, siempre que no lo haga más de una vez al año. Su sanción podrá ser una multa de, como mucho, 500 euros, menos de 15 días de arresto o trabajos comunitarios.