Nadie puede negar las bondades que las nuevas tecnologías han traído a nuestras vidas. Sin embargo, cuando quedamos con alguien, las conversaciones no son realmente eso, sino una convivencia de dos humanos centrados en sus teléfonos móviles y el universo al que les asoman.

Abrumado por esta situación, Steven Tyler, el dueño del Gin Tub, en Hove, decidió aislar su local de las ondas electromagnéticas que conectan los móviles con el exterior. Para ello, cubrió las paredes con papel de plata y forró el techo con alambre de cobre de malla. Para aquellos que se pregunten qué harán en caso de emergencia, Tyler ha recurrido a un objeto ya casi olvidado , o desconocido para ciertas edades: el teléfono fijo.

A pesar de que la idea ha dado resultados positivos, algunos clientes de Tyler no superan ese período de abstinencia. Por ello, planea crear un área para móviles similar a las que ya existen para fumadores, aunque no está muy convencido de dar este paso.