La violencia en Nantes, una de las más prósperas de Francia, comenzó el martes cuando Aboubacar Fofana, buscado por la justicia, fue detenido cuando circulaba en coche en un control policial. Los agentes antidisturbios lanzaron gases lacrimógenos contra grupos de jóvenes que en algunos puntos habían formado barricadas, y protegieron a los bomberos durante la extinción de los incendios, además cuatro de los arrestados son menores de edad.
El joven fallecido dio una falsa identidad y para verificarlo decidieron llevarlo a comisaría. Fofana trató de huir dando marcha atrás con el vehículo y atropelló a un agente. Uno de los policías disparó contra el joven que murió mas tarde en el hospital.
Edouard Philippe, el primer ministro francés, se desplazó a Nantes, donde condenó los disturbios y, en particular, los ataques contra los bomberos que intervenían para sofocar los incendios: "Nadie puede comprender esos actos y todo el mundo debe condenarlos". Philippe, precisó también que la pasada noche hubo 19 arrestos, aunque sólo 11 de esas personas seguían en comisaría y manifestó su apoyo a los policías, los bomberos y los médicos que han trabajado en estos altercados.
Philippe en una comparecencia junto a la alcadesa Johanna Rolland, anunció un reforzamiento de la presencia policial en la ciudad y en la región en los próximos meses. Afirmó además, que "los ciudadanos deben saber, con la mayor transparencia, lo que pasó en el control policial y subrayó el objetivo de restablecer el orden.
"La vuelta al orden es nuestra primera prioridad y las fuerzas del orden deben tener más medios para investigar los tráficos delictivos", señaló Rolland.