La operación sin precedentes para enderezar el Costa Concordia ha comenzado este lunes a las 9:00 horas de la mañana. El crucero naufragó hace 21 meses, causando la muerte de 32 personas, y quedó encallado frente a las costas de la turística isla de Giglio.
Es la primera vez que la ingeniería se enfrenta a un reto de estas magnitudes debido al gran peso del crucero y su posición. La operación de "parbuckling", el término técnico con el que se conoce el sistema con el que se procederá a la rotación de 65 grados para que el barco vuelva a estar en posición vertical, ha costado 600 millones de euros a la naviera Costa Cruceros.
Tras la finalización de la fase de estabilización del barco, a principios de noviembre del año pasado, se construyó una estructura, un falso fondo, formado por cajones y plataformas, sobre la que descansará el barco tras su fase de rotación para evitar su hundimiento.
En la primera fase una especie de gatos tensarán por una parte los cables de acero unidos a la parte superior de los cajones y de las plataformas submarinas, que serán tirados hacia arriba, mientras que otros cables, conectados a las 13 torretas construidas a estribor, se utilizarán para dar al barco el equilibrio. Es fase muy delicada, en la que las fuerzas tienen que compensarse para evitar deformar o roturas en el casco.
Uno de los responsables del proyecto, Sergio Girotto, informó de que todo está funcionando perfectamente, que se ha comenzado a tirar con una fuerza de 700 toneladas y que se prevé que la operación dure cerca de 12 horas.
Cuando el crucero se encuentre ya en posición vertical se pasará a la fase siguiente con la instalación de 15 nuevos flotadores-estabilizadores, iguales a los ya instalados en la parte izquierda del casco y que gracias a un sistema neumático, que vaciará el agua de forma gradual de su interior, dará el empuje suficiente para reflotar el barco.
La expectación por la operación ha convocado a más de 500 periodistas procedentes de todo el mundo, para seguir en directo como la mole de 44.600 toneladas de peso, 290 metros de longitud y cerca 70 metros de altura volverá a ser reflotada.
La operación, realizada por la sociedad estadounidense Titan Salvage y la italiana Micoperi, ha costado 600 millones de euros a la naviera Costa Cruceros y cerca de 500 personas trabajarán para devolver al barco a la posición vertical.
El comisario extraordinario para la emergencia del Costa Concordia y jefe de la Protección Civil italiana, Franco Gabrielli, aseguró que todo saldrá bien y que la prioridad tras enderezar el crucero será la búsqueda de los dos cuerpos que aún no se han recuperado, la pasajera Maria Grazia Trecarichi y el miembro de la tripulación Russel Rebelli.
El crucero no se moverá de El Giglio hasta la primavera del año que viene, cuando comenzará su viaje final hasta un puerto cercano, en el que se procederá a su desguace.
Han surgido algunas dudas sobre el posible impacto medioambiental que tendrá el reflote debido a todos los residuos y líquidos que se acumulan aún en su interior y que podrían ser vertidos al mar.