Israel y las milicias palestinas de Hamás mantienen un fuego cruzado en el sur del Líbano. Jerusalén acusa a Hamás de estar detrás del lanzamiento de más de una treintena cohetes desde el distrito libanés de Tiro el pasado jueves, y ha respondido este mismo viernes con el lanzamiento de varios cohetes al país vecino.

Un hecho que ha hecho activar todas las alarmas internacionales. Líbano ya ha advertido que no permitirá agresiones en su territorio y ha exigido a la comunidad internacional que actúe ante una escalada que podría desembocar en una internacionalización del conflicto entre Israel y Palestina.

La creciente tensión en Oriente Medio se remonta al pasado miércoles, cuando el arranque de Pésaj (la Pascua judía) se producía en pleno mes de Ramadán. Ese mismo día, la Policía de Israel irrumpía por segunda vez en 24 horas en la mezquita de Al Aqsa, el templo musulmán más sagrado de Jerusalén. Allí, sus efectivos lanzaron balas de goma, granadas y gases lacrimógenos contra los fieles musulmanes por segunda noche consecutiva y en una fecha especialmente simbólica.

Este ataque causó la respuesta de Hamás y el bombardeo de enclaves israelís desde Gaza, pero los hechos se precipitaba aún más este viernes, una fecha especialmente convulsa al coincidir el tercer viernes de Ramadán, Pésaj (Pascua judía) y el Viernes Santo. Como es habitual, cientos de miles de musulmanes volvían a rezar a la mezquita de Al Aqsa y la Policía israelí volvía a irrumpir en ella provocando disturbios que han causado un balance de 30 palestinos heridos y unos 350 detenidos.

Esta escalada ha culminado, finalmente, con el lanzamiento desde Gaza de los primeros cohetes de las milicias palestinas hacia Israel y, posteriormente, desde el sur de Líbano. En total, desde el miércoles, más de 60 proyectiles han sido lanzados hacia territorio israelí desde Gaza y más de una treintena desde el Líbano que han desencadenado la respuesta de Israel la mañana de este viernes, cuando Jerusalén ha bombardeado objetivos del movimiento islamista palestino Hamás tanto en la Franja como en territorio libanés, sembrando el temor internacional a la posible extensión del conflicto entre Palestina e Israel a otros países de Oriente Medio.

Líbano moviliza sus tropas

La situación ha puesto en alerta a la comunidad internacional. El ministro de Defensa de Líbano, Maurice Slim, ya ha advertido de que los bombardeos israelíes representan una "amenaza directa" y ha decidido mantener al Ejército en estado de alerta ante cualquier nueva eventualidad.

No obstante, el Gobierno libanés ha llamado a "presionar" a Israel para evitar una escalada de envergadura. Desde el Ministerio de Defensa han afirmado estar dispuestos a cooperar con la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) y a tomar las "medidas adecuadas" para restablecer la calma en la zona.

Por el momento, el Ejército libanés ha confirmado que sus fuerzas están "patrullando" en coordinación con la FINUL el distrito de Tiro, desde donde se han lanzado al menos 34 cohetes este viernes, lo que supone el ataque de mayor envergadura desde la guerra librada en 2006 entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá.