El portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying, ha repetido el mensaje lanzado por el gobierno y ha insistido en que todos deben asumir su parte de responsabilidad por la inestabilidad en la península de Corea después de que el Gobierno de Kim Jong Un lanzase un misil que ha recorrido 2.700 kilómetros a una altura máxima de 550 kilómetros, sobrevolando la isla japonesa de Hokkaido, hasta caer en aguas japonesas, a unos 1.800 kilómetros de suelo nipón.

Corea del Norte había amenazado con lanzar en agosto hasta cuatro misiles balísticos contra el territorio estadounidense de la isla de Guam, en el océano Pacífico, que sobrevolarían varias prefecturas japonesas. No es la primera vez que Pyongyang irrumpe en territorio de Tokio.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han llegado a un acuerdo para aumentar la presión sobre Corea del Norte y Corea del Sur ha prometido responder "en el marco de la alianza establecida con Washington, si Pyongyang continúa con sus provocaciones".

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá de urgencia este martes para analizar el último lanzamiento norcoreano. Rusia ya advirtió, tras la última ronda de sanciones, que la vía de las medidas punitivas estaba agotada y se debía avanzar hacia un diálogo político.

Corea del Norte ha efectuado en los últimos años numerosas pruebas nucleares y con misiles balísticos que se han traducido en un endurecimiento del régimen de sanciones internacionales. Sin embargo, esto no ha servido para disuadir al Gobierno de Kim Jong Un.