Decenas de manifestantes han irrumpido en el Ayuntamiento de Los Ángeles reclamando justicia y la dimisión de tres influyentes políticos demócratas del consistorio californiano. ¿La razón? Los comentarios racistas de Nury Martínez, presidenta del Concejo municipal, que realizó sobre el hijo de otro concejal por su tono de piel: "Hay un tipo blanco con un niño negro que se porta mal. No hay nada que puedas hacer para controlarlo. Es como un monito", decía sin tapujos hace un año durante una reunión con otros demócratas y un líder sindical.
El objetivo de sus ataques racistas era Mike Bonin, el padre del niño, que comentaba ante los medios que estaba "enfadado y desconsolado" por su "familia y por la ciudad de Los Ángeles": "No puede destruir la felicidad de un niño negro. Debe dimitir y luego pedir perdón", reclamaba.
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Nury Martínez, de origen mexicano, es la primera mujer latina que ocupa la presidencia del Concejo municipal de Los Ángeles, pero sus insultos al hijo de Bonin y los comentarios xenófobos sobre los inmigrantes mexicanos y la comunidad judía y armenia han provocado varias protestas en la ciudad. De hecho, hasta el propio presidente Biden ha pedido la dimisión de todos ellos aunque por el momento, tan solo Martínez ha renunciado a la presidencia del órgano municipal.