El fuego no da tregua en Australia y el enfado con la gestión política de ese incendio crece. Los bomberos australianos, exhaustos y enfadados con el primer ministro, no dudan en manifestar su indignación. Y aunque están desbordados, siguen luchando por su comunidad.

Un cuestionado primer ministro, al que se abuchea y se niega el saludo a cada paso que da. Ahora, tras, al menos, 24 personas muertas y miles de casas devoradas por el fuego, se empiezan a tomar medidas.

El gobierno ha desplazado a la zona a 3.000 reservistas y ha creado una agencia para la recuperación de la zona. Más de 1.200 millones de euros en los próximos dos años para la reconstrucción de las infraestructuaras y las viviendas arrasadas por las llamas.

Con 200 focos de incendios aún activos, las previsiones no son optimistas. "Los fuegos siguen activos, y seguirán durante los próximos meses", asegura Morrison.

Este fin de semana se han alcanzado temperaturas de 50 grados en algunos puntos, aunque la lluvia de este lunes ha dado un respiro, y se ha celebrado como un milagro.

Esta catástrofe se ha llevado por delante también a 500 millones de animales que han muerto, sobre todo, en el sureste del país.