Rusia ha realizado un lanzamiento de prueba con su misil balístico intercontinental Sarmat, más conocido como Satán 2, el más potente del mundo. Un arma que podría arrasar partes de la Tierra de gran tamaño, como el estado de Texas en Estados Unidos o también Francia entera, según la información del Gobierno de Putin.
Este misil, que podría eliminar España del mapa, pesa 208,1 toneladas y mide 35,3 metros de alto. Su diámetro es de 3 metros y alcanza una velocidad de 24.500 kilómetros por hora. Este último dato es de suma importancia, puesto que podría eludir los sistemas de defensa actuales gracias a su gran velocidad y a que posee hasta 15 ojivas (o cabezas) nucleares.
Una de las características que lo hacen sumamente destructivo son esas ojivas o cabezas nucleares que pueden apuntar a direcciones diferentes, es decir, son independientes entre ellas. La idea de este misil es superar los sistemas antimisiles estadounidenses, según explica Yago Rodríguez, director 'The Political Room'.
"Rusia se planteó que los sistemas antimisiles estadounidenses pueden derribar el grueso de las armas nucleares antes de que alcancen un objetivo. Lo que ha obligado a diseñar un nuevo misil que permite mantener su capacidad de disuasión nuclear", detalla Rodríguez.
Una potencia 2.000 veces mayor que la bomba de Hiroshima
Este misil balístico intercontinental tiene una capacidad destructiva enorme dehasta 40 megatones. Si cogemos de referencia la bomba nuclear de Hiroshima, que se lanzó en la Segunda Guerra Mundial y dejó 150.000 muertos, este misil tiene una potencia 2.000 veces mayor.
Sobre su alcance, desde Rusia aseguran que supera los 10.000 kilómetros, pero otras fuentes internacionales dicen que podríamos estar hablando de hasta 17.000 kilómetros.
¿Cómo puede Sarmat superar los sistemas antimisiles?
El Sarmat tiene "una velocidad elevadísima, lo cual disminuye los tiempos que tienen para interceptarlo", comenta el director 'The Political Room' y añade que además posee "lo que se conocen como 'vehículos de reentrada múltiple', es decir, un misil cargado de cabezas nucleares".
"En el momento que lo sueltas ya no tienes que interceptar un misil, sino 16 cabezas nucleares que se dirigen a la Tierra a toda velocidad aprovechando la propia fuerza de atracción, la gravedad", sentencia Yago Rodríguez.
El director 'The Political Room' concluye afirmando que este es "otro peldaño más por parte de Rusia para poner presión en Occidente".