Algunas unidades de urgencias de hospitales británicos afrontan actualmente un "estado completo de crisis" ante un aumento en la demanda de sus servicios, según ha alertado el Colegio de Medicina de Emergencia del país (RCEM).

Ian Higginson, el vicepresidente de ese organismo encargado de supervisar los estándares de los cuidados médicos que ofrecen esos departamentos de emergencias en hospitales, ha afirmado que no tiene "ninguna duda" de que esta situación supone un "riesgo" para los pacientes.

Los hospitales británicos sufren ahora mismo un notable incremento en la demanda de sus servicios, en parte por los casos de enfermedades típicas del invierno como la gripe y la covid-19.

Varios hospitales del país han declarado "incidentes críticos" en los últimos días, con lo que no pueden funcionar con normalidad por las presiones extraordinarias que padecen al tiempo que algunas fundaciones hospitalarias del país han llegado a pedir a los pacientes que eviten acudir a las unidades de urgencias a menos que sufran una condición de vida o muerte.

Higginson ha indicado en declaraciones a la emisora británica BBC Radio 4 que las esperas que han de guardar algunos pacientes para ser atendidos por profesionales médicos en departamentos de urgencias hospitalarias son "terribles" y que estas esperas han llegado a durar, en algunos casos, hasta cuatro días.

"Las unidades de emergencia se encuentran en un estado realmente difícil y, en algunos casos, en un completo estado de crisis ahora mismo. En muchos casos nos vemos incapaces de proporcionar cuidados según los estándares que nos gustaría", ha reconocido.

Este experto ha admitido asimismo que "no hay duda de que si no se envía una ambulancia a alguien que sufre un ataque al corazón o una apoplejía, algunos de esos pacientes sufrirán daños o morirán como resultado".

"Y no hay duda de que si tratamos a pacientes frágiles, mayores y vulnerables en los pasillos (de los hospitales), no podemos hacer lo mejor por ellos", añadió.

Higginson subrayó que se necesita una mayor inversión para respaldar los servicios sanitarios.