"Nos enviaron desde Unicef de Sudán una foto de una madre y un niña que estaba en un centro de tratamiento y a la semana siguiente, nos dijeron que no la utilizáramos porque ya había fallecido", explica Blanca Carazo, miembro de Unicef.
En Sudán del Sur hay un millón de niños con malnutrición severa y llevan meses alimentándose de hierbas y hojas. Pero no es el único país, Sudán del Sur, Yemen, Somalia y una parte de Nigeria está muriendo de hambre, y los conflictos no ayudan.
"Son situaciones en las que es muy difícil trabajar, por ejemplo, en Sudán de Sur es inaccesible la zona en la que está decretada la hambruna" lamenta Julia López, de Plan Internacional.
Las reglas del juego han cambiado el derecho humanitario, es papel mojado, ya no se respeta nada y para las ONG llegar hasta ellos es arriesgado y caro.
"Hay que llegar con helicópteros, con embarcaciones, esto ocurre en casi todas estas zonas también el tema de seguridad encarece",relata Blanca Carazo.
Las ONG piden ayuda y apelan a la población. "En este momento hay una situación que no tenia precedentes, ayudan más los ciudadanos que los gobiernos", afirma David Del Campo, de Save the Children. Y esto, dentro de seis meses podría ser demasiado tarde.