La ministra de Sanidad francesa asegura que los dispositivos médicos utilizados para implantes son su principal preocupación igual que lo fue para sus antecesores.

"Su preocupación provino de dispositivos médicos porque el nivel de exigencia antes de la comercialización es mucho menor que el exigido para un medicamento", afirma Agnès Buzyn.

Su ministerio, dice, sigue, en todo momento, las recomendaciones de los científicos: "Recomiendan no colocar prótesis rugosas, sino lisas. Así que eso es lo que está pidiendo el ministerio".

Unas peticiones que podrían no cumplirse siempre. "En gran parte, los dispositivos que se implantan no se han probado clínicamente antes de colocarlas en los pacientes. Solo una pequeña minoría de dispositivos implantados se somete a pruebas de ensayos clínicos", asegura Jeanne Lenzer, periodista de investigación de temas médicos.

Quien también ha reaccionado a esta exclusiva mundial ha sido la FDA, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU.

Aseguran estar "a punto de anunciar acciones destinadas a modernizar el proceso de revisión de dispositivos médicos".

Las darán a conocer, dicen, la próxima semana porque buscan "garantizar que la FDA sea la primera agencia mundial en identificar y actuar sobre la seguridad relacionada con estos dispositivos".

Pero hay quien intenta evitar el tema. Una reportera persigue al ministro del Seguridad Alimentaria y Farmacológica de Corea. Le pregunta si "recibió las preguntas por escrito sobre el acceso público a los implantes médicos". Pero él, sin dejar de sonreír, esquiva la pregunta y huye , afirma.

También huye un médico que recibió financiación ilegal para participar en una conferencia académica de la industria de implantes. "No sabía que era ilegal. Comprobaré si realmente hice algo ilegal", afirma.

Reacciones internacionales a un escándalo que no ha hecho más que empezar.