El recibo de la electricidad de un consumidor medio alcanza los 26,54 euros en la primera quincena de agosto, lo que supone un coste un 3,4% superior al de idéntico periodo de julio, cuando el recibo alcanzó 25,66 euros.
Según el simulador de la factura de la electricidad de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), con respecto a agosto de 2019 el recibo experimenta una caída, en este caso del 7,9%, puesto que el año pasado un consumidor medio pagó 68,81 euros por la luz en este periodo.
Este descenso con relación al año pasado, que es significativamente más bajo que el experimentado en meses anteriores, se produce tras la rebaja de los peajes aplicada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) desde el 1 de enero de 2020, que tiene un impacto a la baja que ronda el 1,5% del recibo.
En términos mensuales el recibo sigue al alza en agosto tras haber subido también en julio, junio y mayo, rompiendo con los descensos de abril, marzo y febrero, tras subir en enero más de un 5%. Antes, había bajado en diciembre y noviembre y subido en octubre.
En cuanto a la evolución del coste de la electricidad con respecto al año pasado, con agosto a la baja son ya 16 meses de descensos tras subir en abril y marzo de 2019. Dicha evolución del precio de la luz se corresponde con la factura de un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh).
Estas oscilaciones en el precio de la electricidad se producen básicamente por las variaciones en el coste de producción, que se incrementa cuando hay poca aportación de fuentes de generación renovable como el agua y el viento y mucha de fuentes fósiles más caras, especialmente el gas o el carbón. También se ven afectados por otros factores como el precio del petróleo.