De nuevo los plazos no se cumplen. La Generalitat adeuda su segunda factura a las farmacias catalanas. Un agujero de 220 millones de euros que aboca a los boticarios a una situación límite.

El dinero no llega y cada vez es más difícil llenar las estanterías de medicamentos. El Colegio de Farmacéuticos de Cataluña reclama al Gobierno que cumpla con la Ley de Morosidad, es decir el plazo de pago de 30 días, y no descarta acudir finalmente a los tribunales.

"Las farmacias están aguantando con los ahorros de los farmacéuticos", asegura Ferran Oller, farmacéutico. Una indignación que no ha impedido a las farmacias catalanas participar en la séptima campaña de recogida de medicamentos. Fármacos con los que pretenden llegar a más de 30.000 personas con dificultades económicas.

450 farmacias participan en la iniciativa de la ONG 'Banc Farmacèutic'. Una caja de analgésicos, antiinflamatorios o productos para el resfriado, cualquier aportación es bienvenida. Es la cara y cruz del sector farmacéutico en Cataluña.