La inflación volvió a dispararse en febrero hasta el 7,4 % respecto al mismo mes del año anterior, 1,3 puntos por encima de la tasa registrada en enero (6,1 %).

Así se desprende de los datos adelantados este lunes correspondientes al índice de precios de consumo (IPC), que reflejan que se produjo un encarecimiento generalizado de la mayoría de productos, aunque fue especialmente pronunciado en la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas y en carburantes y combustibles (entre ellos, la gasolina).

Se trata de su tasa más alta en 33 años, concretamente desde julio de 1989. Con el dato de febrero, el IPC interanual encadena su decimocuarta tasa positiva consecutiva, según los datos avanzados publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las cifras también apuntan a que la inflación subyacente, que no incluye ni alimentos frescos ni energía, registró un repunte de seis décimas en febrero, hasta colocarse en el 3%.

El INE publicará los datos definitivos del IPC de febrero a mediados de marzo. Es el segundo mes en el que el Estadística publica los datos de IPC con la nueva base 2021, en la que se incorporan novedades metodológicas que mejoran la precisión del indicador, así como cambios en la composición de la cesta de la compra y una nueva estructura de ponderaciones.

Así, el IPC base 2021 incorpora nuevos tratamientos para el seguimiento de los precios del vestido y para el procesamiento de la falta de precio, y actualiza la relación de subclases, de forma que desaparecen del cálculo del IPC 24 subclases y se incorporan dos nuevas. Los cambios más destacables en la configuración de la cesta son la incorporación de las mascarillas higiénicas y la suscripción a la prensa 'online'. De la cesta desaparecen artículos como el reproductor de imagen, el reproductor portátil o el compact-disc y el DVD, entre otros.