"Lo que hay es una situación de baja inflación, que todavía no ha afectado a las expectativas de los agentes económicos, que tiene sus ventajas y también tiene algunos aspectos que lógicamente hay que vigilar", afirmó el ministro en rueda de prensa en Washington.
Recordó que "una de las señales fundamentales de una situación deflacionista es que se retrasan las decisiones tanto de consumo como de inversión porque se espera a que los precios de los bienes bajen". Insistió en que en España no se está produciendo esa situación y, de hecho, existe una recuperación tanto de la inversión en equipo como del consumo. Para De Guindos, el "riesgo de verdad" es que el crecimiento no se consolide en una recuperación económica global que todavía es "frágil y débil".
El titular de Economía español resaltó que, lejos de suponer una amenaza, "por el momento el nivel de baja inflación está permitiendo que España gane competitividad". Mencionó, en ese sentido, que ayuda a mantener la capacidad adquisitiva de los salarios, permite que haya muchas partidas de los presupuestos públicos que evolucionen de acuerdo con una inflación muy reducida y ayuda con la consolidación fiscal y, por lo tanto, está teniendo un impacto positivo.
Con todo, reconoció que esa baja inflación podría convertirse en un "problema", si se prolonga "durante mucho tiempo" y afecta al proceso de desapalancamiento de la economía española. El ministro prevé que la inflación fluctúe en los próximos meses en el entorno del 0,5 %.