"Hay que ser cuidadoso con los salarios mínimos, por un lado para no excluir a gente del mercado laboral. Pero, por otro lado, también hay justificación por cuestiones sociales", explicó Poul Thomsen, director del Departamento de Europa del FMI en rueda de prensa en la asamblea anual que tiene lugar en Indonesia.
"Uno tiene que equilibrar ambos" elementos, agregó el funcionario. Thomsen comentaba así el acuerdo suscrito este jueves entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, de cara a los presupuestos de 2019 que incluye una subida histórica del salario mínimo interprofesional (SMI) del 22,3%, hasta 900 euros brutos mensuales.
El funcionario también dio un toque de atención a la escasa consolidación fiscal llevada a cabo por España en los últimos años dada su elevada deuda, que ronda el 95% del Producto Interior Bruto (PIB). "Desafortunadamente, desde 2015, cuando el crecimiento ha sido significativamente superior al potencial, y hemos tenido una sostenida caída en el desempleo, España no ha reconstruido su espacio fiscal", advirtió.
Por eso, insistió en que "la política fiscal debería ser más contracíclica", es decir, aprovechar los periodos de expansión económica para ahorrar y reducir el gasto. El FMI situó el crecimiento estimado de España para 2018 en el 2,7%, una décima menos que lo adelantado hace tres meses, y en el 2,2% para 2019, todavía a la cabeza de las grandes economías de la zona euro pero ya en tendencia de ralentización.
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