En la inauguración de la jornada "Liderazgo femenino en la empresa española", organizada por Forbes, Calvo ha recordado que en España hay una ley que invita, pero no obliga, a que la presencia de las mujeres pueda ser exigida en puestos de liderazgo y ha adelantado que la nueva norma que quiere aprobar el Gobierno empezará pronto su tramitación, que podría ser por urgencia.

En la proposición de ley se establece la obligación legal de las empresas a repartir el poder de decisión con las mujeres, ha explicado Calvo, quien ha señalado que se dará un periodo transitorio para esa adaptación.

'España se va a incorporar a los países del mundo que deciden que esto no puede ser un asunto de debate'

"España se va a incorporar a los países del mundo que deciden que esto no puede ser un asunto de debate, sino de hechos, de soluciones normales en una sociedad democrática donde la mujeres necesitamos que las respuestas justas sean también respuestas eficientes", ha agregado.

La ley busca además afrontar "de manera global" los problemas de discriminación laboral y la corresponsabilidad de la vida laboral y personal. La ministra de Igualdad ha remarcado que hay que resolver el problema de la brecha en el salario y ha recordado que España está en una estadística media de discriminación salarial de las mujeres en relación a Europa, de entre el 15 y el 27 %.

Los altos puestos de dirección "no se escapan" de esta brecha, ha indicado Calvo, quien ha indicado que en estos puestos es incluso mayor. La vicepresidenta ha destacado la importancia de los liderazgos, porque "ayudan y educan a todas y todos", particularmente a los varones "que siguen pensando que las cosas pueden continuar así, que las decisiones que hemos de tomar no deben ser normativas y que el tiempo irá haciendo su trabajo".

"No vamos a dejar esto a los acontecimientos (...) hemos de tomar decisiones contundentes", ha señalado Calvo, quien ha abogado por abandonar, como hizo en su momento ONU Mujeres, el discurso "bueno y blando", para entrar en uno "más riguroso" porque las empresas pueden ser más eficientes en su actividad si cuentan con las aportaciones de las mujeres.

"Necesitamos un mundo que esté mucho más equilibrado con nuestra aportación, no porque sea mejor, sino porque es nuestra", ha concluido la ministra de Igualdad.