El inspector del Banco de España José Antonio Casaus ha defendido con vehemencia la labor del organismo en la salida a Bolsa de la entidad que, aunque en su opinión "fue un error", se hizo "con toda la buena intención y pensando en los ciudadanos".
Casaus, que ha declarado como testigo durante siete horas y media en el juicio por la salida a Bolsa, ha defendido a los que han sido sus compañeros en el organismo durante 22 años, que en todo momento "trabajaron pensando en los ciudadanos, algunos trabajando 50 horas semanales y guardias de fin de semana".
También ha querido mostrar su agradecimiento y reconocimiento públicos a algunos de ellos, que en algún momento de la instrucción del caso fueron declarados investigados. En concreto, se ha referido a los exsubgobernadores Fernando Restoy y Javier Aríztegui, al exdirector de Supervisión Mariano Herrera, y a Pedro Comín, que fue jefe del grupo de inspectores que supervisó a BFA-Bankia.
Su apoyo incondicional a todos ellos no ha sido óbice para que haya reiterado que sacar Bankia a bolsa fue un error, "lo mismo que han señalado el exministro de Economía Luis de Guindos o el expresidente de BBVA Francisco González ante esta misma sala".
Bankia, ha explicado, "no podía vender presente y se dedicó a vender futuro", lo que fue "una decisión precipitada aunque hecha con toda la buena intención", cuyo objetivo era "cumplir con los nuevos requisitos de capital a los que obligaban los decretos aprobados por el Gobierno, y que elevaban el listón según si se cotizaba o no en Bolsa".
No ha querido entrar a valorar si el contenido del folleto de la salida a Bolsa incluía el detalle de las valoraciones de activos, que en su opinión la entidad ajustó a la baja, "otra cosa es que eso fuera suficiente. El folleto es algo "que nadie lee"; en este caso concreto, ese "trabajo impagable, porque el documento tenía 400 páginas" recayó en su colega Pedro Bravo.
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