Más de 3.000 millones de euros de ahorro. Es la cifra del orgullo para Ana Mato. Dice que la reforma sanitaria no solo garantiza la atención, sino que ahora la Sanidad es más universal que nunca.

“Hemos reformado el sistema nacional de salud para hacerlo más equitativo, sostenible, eficiente y de mayor calidad, manteniendo en todo momento su carácter público y universal”, aseguraba la ministra.

Pero el colectivo médico pone en duda que el ahorro se haya logrado sin disminuir la calidad y los servicios. “Si le parece que todo va bien, es que no sabe. Son declaraciones que dan pena, son declaraciones políticas, jamás habla de salud”, denuncia Fátima Brañas de la Asociación de Facultativos AFEM.

Dicen, que en el balance de su gestión, la ministra parece haber olvidado los recortes. “Se han hecho recortes no solo en el personal y la Sanidad esta tremendamente ajustada”, asegura Rafael Pérez, médico del Hospital Infanta Leonor.

Y si los recuerda, Mato  los ha justificado en la herencia recibida: “Si en vez 16.000 millones de déficit hubiéramos tenido 16.000 millones de superávit  no habríamos tomado esas medidas”.

Medidas que han llevado a algunos enfermos crónicos a renunciar a ciertos medicamentos porque no pueden hacer frente al copago o los casos de inmigrantes sin papeles que reciben facturas por los servicios sanitarios de urgencias.

Todo sin contar los cierres de urgencias o  colapsos en hospitales. Por eso, las palabras de la ministra han generado controversia y hasta la defensora del paciente no ha dudado en llamarla mentirosa.