El auto del juez Pedraz es durísimo y cristalino desde el principio. "Ángel María Villar Llona, presidente de la RFEF, creó un entramado que ha permitido la desviación de fondos, tanto públicos como privados, (...) estableciendo asimismo un clientelismo", reza el escrito. El dinero se desviaba con dos objetivos: el primero, para enriquecimiento del presidente de la RFEF y sus adláteres; el segundo, comprar voluntades para perpetuarse en el cargo.

Por ejemplo, para ganarse al presidente de la Federación Cántabra, Villar accedió a pagar la construcción de un campo de 300.000 euros. "Yo pondría la mano en el fuego por Villar", aseguró en su momento José Ángel Peláez, dirigente de la Federación Cántabra de Fútbol. No obstante, Peláez quiere que el dinero vaya directamente a él y Villar se queja, pero acaba accediendo.

Una semana después, el propio Peláez le cuenta a Villar que ha dejado 5,2 millones de los presupuestos de la Federación sin repartir. Un dinero para uso discrecional del propio Villar, o como dice Peláez: "Para lo que se te ponga en los huevos". Precisamente, esa frase resume la filosofía de Villar, que no reparaba en gastos para hacer su voluntad. Así lo expresa él mismo en una conversación pinchada.

"Cuando se ejerce la autoridad, me cago en el dinero. No me toque los cojones, la autoridad está por encima de lo que nos cueste", espetó al presidente de la Federación Melillense de Fútbol, Diego Martínez Gómez. El auto también habla de nepotismo, de falta de criterios objetivos para contratar y poner los sueldos y de beneficios irregulares para los afines a Villar.

Para muestra, el ejemplo de Esther Gascón, secretaria de la Federación. Villar pretendía despedirla con una indemnización de 300.000 euros para volver a contratarla a continuación con el mismo sueldo, de más de 200.000. Eso provoca la ira de Juan Padrón."(...) Están esquilmando, intentando todo sin excepción para mamarse el dinero del fútbol(...)", aseguraba el vicepresidente económico de la RFEF a Marcelino Maté, presidente de la Federación de Fútbol de Castilla y León.

Pero si hay un experto en mamarse el dinero del fútbol ese es, según Pedraz, el propio Juan Padrón. Él y la empresa 'Estudio 2.000', propiedad de un amigo suyo se repartieron seis millones de euros de un contrato para suministro de ropa deportiva. Así lo definía Peláez en conversación con Gorka Villar: "(...) la verdad que el que tenga el contrato éste tiene un chollo de putísima madre". Además, hay salidas irregulares de más de 500.000 euros de la mutua de seguros Mupresfe.