Leyenda. Esa es la palabra que hay en el diccionario que más se acerca a Rafa Nadal. Quizá, para ser más exactos, debería haber un término para él solo. Porque lo que él ha hecho, hace y hará es, simplemente, historia. Porque él, porque Nadal, tras ganar el Open de Australia 2022, es a día de hoy el tenista más laureado del tenis. Es, directamente, el mejor de todos los tiempos.
Es lo que es. Es el mejor. Es un deportista que quedará en los anales de la historia. Que estudiarán por cómo es en pista y por cómo es fuera de ella. Por no rendirse. Por pelear. Por competir. Por sus títulos ganados y sí, también por aquellos que no logró conquistar. Porque Nadal, aparte de ser el mejor, es un ejemplo.
Uno que ha firmado una final, junto a Medvedev, que quedará sin duda alguna en el recuerdo de los amantes del tenis y del deporte. Una final, de más de cinco horas y que se fue al quinto set, que pasará a la historia. Por lo que fue y por cómo fue. Porque Nadal, el más grande de la historia del tenis, ganó como solo él sabe ganar.
Nadal, simplemennte
Otro, alguien que no fuese Nadal, se habría rendido. Pero no él. No Rafa. Rafa no. Rafa es algo más que un simple deportista. Rafa es una bestia. Un animal competitivo. Alguien que por más que parezca que no se puede demuestra que sí se puede. Demuestra que si hay sombra hay luz. Y él la encuentra. Él la busca.
Fue, ojo, 2-0 perdiendo ante Medvedev en dos sets en los que el ruso parecía un muro. Todo lo devolvía. Era, prácticamente, un superhéroe. Pero contra Nadal ser prácticamente un superhéroe no sirve. O lo eres, o no lo eres. Rafa, el mejor de la historia. lo es.
Llegó al 'tie break' del segundo set. Lo perdió. No se rindió. Se vio capaz. Creció. En el tercero, tremendo. En el cuarto minimizó a un ruso que iba hacia abajo. Física y mentalmente. Porque es duro. Es duro ver que lo tienes pero que no lo consigues. Es duro ver que, delante de ti, hay un balear que no se rinde.
Un partido que pasará a la historia
Lucharon como titanes. Como bestias. Dieron una lección maestra de tenis. Un espectáculo puro que hizo afición. Roturas por aquí, por allá. Lucha. Duelo. Pelea. Batalla. Limpia, siempre limpia. Siempre deportivos ambos.
Firmando puntos que se pueden ver una y otra vez repetidos. Que los pondrán en las escuelas. Que dejan a Rafa Nadal, tras un final tan tenso como apoteósico y legendario, como el mejor de la historia del tenis.
Rafa, el mejor
Son 21. Son 21 Grand Slam. Hasta el día de hoy, nadie. Es su segundo Open de Australia. Un título que sabe a gloria por lo que es y por cómo es. Por cómo estaba Nadal hace apenas un mes y por cómo está ahora.
Rafa es leyenda. Rafa es el mejor de la historia del tenis. Porque Nadal es Nadal, simplemente.