El caso de Caín Velásquez, un exluchador de la UFC, sigue siendo muy controvertido. Lleva ocho meses en la cárcel después de un intento de homicidio contra la persona que trató de abusar sexualmente a su hijo de cuatro años.
Según explicó el juez pocos días después de que el exluchador fuera detenido, Velásquez iba en un coche persiguiendo a alta velocidad al vehículo del abusador de su hijo, mientras disparaba con una pistola a ese coche. Durante la persecución, embistió al coche y además hirió de bala al padrastro del abusador, Paul Bender.
El estadounidense se enfrenta a diez cargos y tras pagar un millón de dólares, ha conseguido la libertad provisional.
El abusador, Goularte Jr, ingresó en la cárcel por estos actos el pasado mes de febrero y bajo una fianza de 50.000 dólares. Sin embargo, fue puesto al final en libertad por no tratarse de un delito capital. Además, se le anuló la fianza y solo sería monitoreado por la policía. Esto provocó que Caín Velásquez fuera a por él al no estar de acuerdo con esta decisión de la Justicia.
Así se refería el juez al exluchador hablando de su liberación provisional: "Señor Velásquez, no lo liberaría si no estuviera convencido de que finalmente su puesta en libertad en este momento, ocho meses después, no supusiera un peligro para Harry Goularte, principalmente, y Patricia Goularte o Paul Bender, o la sociedad".
"Si es usted tan devoto como esposo y como padre como dice, quiero creer y confío en que usted no hará nada que pueda arrebatarle a su hijo, su hija o su familia. Espero que demuestre que no estoy equivocado", añadía.
Ahora, Velásquez estará en arresto domiciliario monitoreado con GPS. Además, tendrá que hacerse una serie de pruebas: un tratamiento ambulatorio por lesión cerebral traumática y un CTE (encefalopatía traumática crónica), debido a que se ha demostrado que las personas que practican deportes en los que reciben fuertes golpes en la cabeza pueden sufrir demencia prematura.