Joan Mir se ha proclamado Campeón del Mundo de MotoGP continuando así con el legado español que se posterga desde 2012, y es que el único que podido con ellos ha sido Casey Stoner, que logró el Mundial en 2011.

El expiloto ha hablado con 'El Mundo' y se ha sincerado hablando sobre su enfermedad y analizando la parrilla actual de MotoGP. Aunque su mayor decepción es cómo "se ha perdido el respeto por la competición". "Ahora todo el mundo en el paddock quiere sangre. Para mí todo cambió cuando falleció Marco Simoncelli, en octubre de 2011. Durante un mes todo el mundo estuvo muy apenado y nos respetamos, pero después volvió la guerra", ha confesado el estadounidense.

Stoner se refiere a la rivalidad que se desató en 2015 entre Márquez y Rossi cuando el italiano se jugaba su décimo Mundial con Jorge Lorenzo. También hablaba de los continuos dardos que el balear ha estado lanzando a Dovizioso, a Yamaha...

El expiloto confía en que algún día pueda cambiar el mundial, aunque para eso "se necesitaría un dirigente con mano dura". "Habría que fijar unas normas estrictas para los próximos 10 años; arrebatar el poder que tienen actualmente los fabricantes y los pilotos, que son egoístas por naturaleza; y cambiar más cosas. Por ejemplo, no entiendo que se disputen tantas carreras en España. Es algo que no ocurre en la Fórmula 1, no parece un Mundial", ha asegurado el expiloto.

La parrilla actual

En cuanto a la ausencia de Marc Márquez en esta temporada cree que ha dejado en evidencia a la nueva generación: "Este año, sin Marc, nadie ha estado a un gran nivel. Quartararo, Viñales y Dovizioso podrían haber ganado el título, pero se perdieron en el camino. Y me ha sorprendido ver que, pese a los errores que cometían, muchos pilotos seguían sonriendo. No entiendo por qué. En mi época no era así. Los pilotos actuales son muy conformistas: están satisfechos con los comentarios que reciben en Instagram y lo que ocurre en pista no les afecta tanto. Excepto Marc, nadie trabaja lo suficiente".

Stoner se alegra por Joan Mir y su título, aunque no lo ve como rival para 2021. "No creo que alguien consiga estar al nivel de Marc, pero puede ocurrir. Por mi experiencia creo que se puede mejorar mucho en invierno. Recuerdo que en mi segunda temporada en MotoGP, en 2007, nadie daba un duro por mí, pero trabajé más que nunca, me dediqué como nadie, cambié incluso de estilo de vida y acabé ganando el Mundial con Ducati. Quizá alguno de los pilotos cambia el chip este invierno y veamos otro campeonato", ha continuado explicando.

A pesar de los elogios al piloto catalán, Stoner ha explicado que su relación con Honda se rompió en 2015 a causa de Márquez: "En realidad no sé muy bien qué pasó, no hablé con Marc en ningún momento. Alguien del equipo de Marc no se creyó mi retirada, pensó que quería volver a competir y empezó a dificultar mi relación con la marca. Por ese conflicto, llegó un punto en el que el trabajo dejó de ser agradable para mí y decidí apartarme. Ya está".

Recordando su época en en activo, ha confesado que su rival preferido fue Dani Pedrosa. "Lorenzo fue un rival importante en mi carrera, pero me quedaría antes con Dani. Corrimos juntos en 125cc y 250cc y muchos años en 500cc. Me gustaba mucho su estilo porque era muy respetuoso y cuando ganaba sabía por qué me ganaba. Otros pilotos podían superarme por la moto o por otras circunstancias, pero cuando Dani iba rápido era imparable. Fue un placer que fuera mi rival", ha asegurado.

Síndrome de fatiga crónica

El piloto también se ha sincerado sobre la fatiga crónica, enfermedad que padece desde que se la diagnosticaron en 2018. "Antes pasaron meses en los que sentía que mi físico se deterioraba sin motivo aparente: iba a entrenar y volvía reventado. Fui al médico y al principio lo enfoqué mal. La fatiga crónica no tiene cura, pero pensé que yo la encontraría, que entrenaría más que nadie y saldría adelante. Pero la verdad es que esta enfermedad me está destrozando y no puedo con ella. Pasé los primeros seis meses de este año yendo de la cama al sofá y del sofá a la cama. Apenas me podía levantar para comer. Ahora estoy algo mejor, he aprendido a gestionar mi energía", ha confesado.