Ferrari ha hecho un gran trabajo este invierno... no exento eso sí de puntos débiles. La 'Scuderia' tiene, en estos momentos, el mejor coche de toda la parrilla tanto por motor, velocidad y fiabilidad pero también tiene un 'pero' del que se han dado cuenta tanto Mattia Binotto, el jefazo, como Charles Leclerc, líder del Mundial.

Es uno que padecen todos, incluido Ferrari. Sí, es el ya de sobra conocido 'porpoising', o efecto rebote, el que hace que los coches boten en pista cuando van a más de 300 kilómetros por hora.

Eso hace que pierdan la carga aerodinámica, e incluso también que los pilotos puedan sufrir problemas físicos a largo plazo además de ver cómo sus manos pierden el contacto con el volante. Todo ello preocupa en Ferrari.

"Es complicado de resolver"

"Nos afectó en Yeda. No solo fue en Melbourne. Es complicado de resolver, pero intentaremos que sea más leve en Imola", afirma Binotto.

Y está preocupado: "Lo sufrimos más que otros, sea por la razón que sea. Es difícil mantenerlo bajo control".

Charles Leclerc comparte la visión de su jefe... pero es más optimista: "Parece horrible en las cámaras 'on board', pero desde el coche no me molesta. Es algo con lo que queremos terminar, ya que no nos ayuda a ser consistentes".

"En Australia podría haber ido más rápido sin eso, pero todo fue bien. Eso sí, no es cómodo hacer 58 vueltas así", cuenta Leclerc.

Leclerc, líder

Con bote o sin bote, Charles Leclerc es líder con una gran ventaja sobre el segundo clasificado, George Russell. Además, Carlos Sainz es tercero tras haber logrado dos podios en tres carreras.

Mientras, Red Bull sufre de problemas de fiabilidad que han provocado que Max Verstappen haya abandonado hasta en dos ocasiones.