Fernando Alonso obró un nuevo milagro a bordo del Aston Martin. Con un coche que está lejos de ese rendimiento brutal e inmediato de 2023, el asturiano se quedó a milésimas de la primera línea de salida en el GP de Arabia Saudí gracias a una vuelta, a un vueltón, que comenzó a prepararse mucho antes de empezar a coger velocidad en la recta de meta.

Que le sirvió para ser cuarto. Cuarto en una 'qualy' en clara progresión y que terminó para él con un tiempazo de 1:27.846 a 55 milésimas, 55, de lo que logró Charles Leclerc con el Ferrari.

Todo gracias a una maniobra que tuvo como coprotagonista a Lewis Hamilton. Él no quería, a buen seguro, pero fue parte clave del crono que se sacó de la chistera el mago asturiano. Porque ese movimiento que hizo Fernando fue vital para su crono y para que por poco no estuviera segundo junto a Max Verstappen.

Bien pensado lo tenía el asturiano cuando vio a Hamilton delante de él. No sabía si tenerle detrás o delante, no sabía dejarle pasar o si no, y prefirió estar tras él para coger un rebufo brutal y prácticamente perfecto en la recta de meta.

"O seguía sin dejarlo pasar o..."

Volando iba el misil verde gracias al Mercedes en una acción que él mismo explicó en 'DAZN'.

"O seguía sin dejarlo pasar y quizá le molestaba, y no quería una penalización, o frenaba mucho en la última curva y perdía temperatura en los neumáticos pero podría coger el rebufo", cuenta.

Y en milésimas de segundo fue cómo decidió todo: "Al final opté por esa acción..."

Le salió perfecta la jugada a Alonso, que puso al Aston Martin, al suyo, cuarto en la parrilla de salida del GP de Arabia Saudí. Lance Stroll, su compañero, décimo a siete décimas de Fernando.