Una carrera le puede quedar a Lewis Hamilton para ser pentacampeón del mundo. Para que los que dijeron que fue un error, y un riesgo, irse de McLaren rumbo a Mercedes tengan que volver a dar un paso a un lado. El británico, en su camino hacia la historia de la Fórmula 1, ha logrado la pole en un GP de EEUU en el que tiene su primer 'match ball' para un nuevo Mundial. Vettel, su rival, sale quinto.

Y con eso le vale a Lewis Hamilton para descorchar el champán no solo por la victoria en el podio de Austin sino por un nuevo título en su palmarés. El duelo Mercedes - Ferrari fue, de nuevo, apasionante en clasificación, lastrado eso sí por la sanción de tres posiciones a Sebastian Vettel. Con los plateados y rojos mandándose mensajes en cada ronda clasificatoria, al final llegó una Q3 en la que la diferencia entre Hamilton y Seb fue de 61 milésimas.

Tuvo que sacar lo mejor de sí mismo Lewis. Tuvo que marcar, otra vez, el mejor tiempo histórico de la pista de Austin. Paró el crono en un 1:32.237, y ante eso Vettel poco pudo hacer. Mejor Ferrari en el primer sector, pero peor que Mercedes en los sectores 2 y 3. Raikkonen, escudero de Sebastian, terminó justo tras su compañero y delante de un Bottas que no pudo seguir el ritmo de los de Maranello.

A dos milésimas estuvo Carlos Sainz de estar con los diez más rápidos. Eso fue lo que separó al madrileño de Nico Hulkenberg en una Q2 igualadísima en la que Max Verstappen no participó. Problemas tuvo el holandés con las 'salchichas' de Austin, y sin él la contienda fue un mano a mano entre los dos Renault. Ganó el alemán, clasificador nato, pero Carlos podrá elegir neumático para el momento de la verdad.

Y mientras, McLaren ya ha tirado la toalla. No quedaban muchas dudas, pero carrera tras carrera va quedando aún más claro que desde mayo, más o menos, los de Woking han dicho que ellos ya en 2018 están solo para cumplir. Querían estar con Red Bull al comienzo de la temporada, y al final están con los Williams. Sí, esto a principios de los 90 no sería ni mucho menos malo, pero Stroll y Sirotkin llevan uno de los monoplazas menos competitivos de la historia de esta legendaria escudería.

Fernando Alonso y Stoffel Vandoorne cayeron en Q1. La competición parece ser ya solo entre ellos, aunque el asturiano sigue demostrando por qué es bicampeón del mundo. Con el mismo coche, dejó al belga último y él cerca estuvo de pasar a la Q2. A eso se ha quedado relegado McLaren, a pelear por migajas y esperar a que alguno falle para obtener algo de premio. Parece que no todo era cosa de Honda...

La carrera eso sí es el domingo, y en Austin pueden pasar bastantes cosas en una salida ya de por sí complicada, y a saber si la lluvia aparece o no aparece en una prueba en la que Lewis Hamilton se puede proclamar pentacampeón del mundo. El británico quiere seguir haciendo historia en la Fórmula 1. Quién iba a pensar cuando dejó McLaren para irse a Mercedes que las cosas serían como han terminado siendo...