Es sabido ya por todo el mundo que el Gran Premio de Qatar de Fórmula 1 lo volvió a ganar el de siempre, es decir, Max Verstappen. Sin embargo, si hay un piloto que ha sorprendido a diestro y siniestro a lo largo de todo el fin de semana como ha hecho durante toda la temporada, ese es Fernando Alonso.

Y es que el piloto asturiano ha vuelto a demostrar que, además de piloto, es también ingeniero, mecánico y estratega de su propio Aston Martin mientras conduce a más de 340 kilómetros por hora.

Fernando Alonso clasificó en cuarta posición para la carrera larga del domingo. Esto quiere decir que, a pesar de ser una buena posición de salida, partiría desde la zona sucia y, por ello, su agarre sería peor y eso deriva, normalmente, en una peor salida. Sin embargo, el piloto asturiano se ha encargado personalmente de que no existiera tanta diferencia de agarre entre una zona y otra.

Por ello, durante las sesiones del sábado (clasificación 'shootout' y carrera al 'sprint'), el ovetense se encargó personalmente de 'limpiar' esa zona sucia durante la gran mayoría de vueltas. Para poder hacerlo, Fernando, cada vez que pasaba por línea de meta, se salía de la trazada justo en la zona de la casilla de salida de la cuarta posición para poder, así, dejar goma en ella de cara al domingo.

Una estrategia que no se le ocurrió a nadie más y que pasó desapercibida tanto en la retransmisión como en los análisis posteriores. Y es que, además de ser una buena idea, funcionó a la perfección.

En la salida del domingo, gracias a todo lo realizado el sábado, Alonso pudo realizar una gran salida con la que se puso en tercera posición antes de llegar a la tercera curva y, de no ser por el error que tuvo a mitad de carrera, podría haber peleado por el podio y, por qué no, por la tan ansiada victoria número 33.