El voto joven
Cuando ser rebelde es ser de derechas: ¿por qué están creciendo las posiciones ultra entre los jóvenes?
La otra cara laSexta Noticias arranca una serie de reportajes que reflejan cómo la ultraderecha está buscando y ganando el voto de los más jóvenes. Sacan rédito del descontento, aprovechando, además, que con un Gobierno de izquierdas, ser rebelde ahora es ser conservador.

Resumen IA supervisado
El desencanto de los jóvenes españoles con la política ha evolucionado desde el 15M, cuando se inclinaban hacia formaciones de izquierda, hacia un apoyo creciente a la extrema derecha. Según Luis Rodón, profesor de Ciencia Política, una cuarta parte de la generación Z vota a partidos de derecha populista radical. El CIS muestra que Vox y el PP son los más votados entre jóvenes de 18 a 34 años. Lluís Orriols señala un aumento de actitudes autoritarias entre los jóvenes. Este cambio, impulsado por la búsqueda de valores tradicionales, es más marcado entre hombres con menor nivel educativo y situación económica precaria.
* Resumen supervisado por periodistas.
Un pensamiento generalizado de nuestra época es que el joven votante español está desencantado con la política. No es algo nuevo: si echamos la vista atrás, en concreto al 15M, poco parece haber cambiado: "El 15M nos decía 'nos tenéis abandonados, el sistema nos tiene abandonados'". Aquel entonces, lo antisistema era acudir a formaciones de izquierdas que estaban defendiendo sus intereses. ¿Qué ha cambiado ahora? laSexta Noticias arranca una serie de reportajes que reflejan cómo la ultraderecha está buscando y ganando el voto de los más jóvenes.
Lo que está cambiando ahora la tendencia política hacia la que está basculando ese desencanto, y los estudiosos de la política lo están viendo en las encuestas: "Más o menos una cuarta parte de los jóvenes de la generación Z votan a los partidos de la derecha populista radical. Es decir, a la extrema derecha", apunta Luis Rodón, profesor de Ciencia Política de la Univerdad Pompeu Fabra de Barcelona.
Lo muestra también la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El barómetro de intención de voto más reciente asegura que Vox y el PP recogerían gran parte del voto en jóvenes entre 18 y 34 años, siendo la extrema derecha el partido más votado en ambas franjas de edad.
"Algunos discursos, ante la incertidumbre, el agravio, el enfado, provoca que busquen soluciones más de ruptura", señala el polítólogo Lluís Orriols. "Estamos detectando, también en España, mayores actitudes autoritarias, antidemocráticas, con poca apetencia por la democracia, entre los más jóvenes".
El nuevo votante joven de derechas
Así, el nuevo joven de derechas "suele ser un votante con menos educación, con menos estudios y probablemente, con una situación económica más precaria, de vulnerabilidad", añade el polítólogo.
Y sobre todo, hombre. Las encuestas políticas aseguran que, mientras los jóvenes varones tienden mucho más a la derecha; las mujeres mantienen un perfil más moderado.
"Es un perfil masculino. Si miramos los jóvenes, los votantes de Vox, los hombres son prácticamente el doble que las mujeres", apunta Roger Soler, profesor de la Universidad Pompeu Fabra. Según un estudio de esta universidad, el 24 % de los jóvenes varones entre 18 y 30 años votó a la ultraderecha en las elecciones europeas, mientras que solo el 14 % de las mujeres se decantó por esta opción.
El motivo del cambio de pensamiento
¿Por qué ha aumentado este pensamiento en los jóvenes? Varias tesis explican el por qué de ese cambio, según explica a laSexta María Martín Revuelta, directora de Comunicación de la desmocópica Gad 3. Por un lado, están buscando arrope en valores muy tradicionales y conservadores y quieren romper con la izquierda, reflejada en el Gobierno.
Seguridad, identidad, familia... "Los jóvenes se parecen más a sus abuelos que a sus padres", ensalza Martín. Se diferencian, eso sí, en que se informan mayoritariamente por redes sociales, en las que la extrema derecha tiene más presencia. Y su mensaje cala aún más incluso en menores de edad.
Muchos son conscientes de esa realidad, pero, para otros, es la nueva forma de decir en alto que el sistema no les representa.