El Gran Premio de los Países Bajos ha dejado tras de sí la carrera más bonita, entretenida y espectacular de los últimos años gracias a la lluvia intermitente. Y es que las condiciones meteorológicas cambiantes derivaron en una pista resbaladiza y complicada para los pilotos.
Algo que permitió a los equipos idear una gran variedad de estrategias y que, por si fuera poco, hizo que la correcta elección de neumáticos pasase a ser una auténtica lotería. Sin embargo, si hay un piloto que destaca por sus grandes actuaciones en condiciones complicadas, ese es Fernando Alonso.
No obstante, si bien es cierto que Fernando es uno de los mejores pilotos que hay, también es uno de los más supersticiosos. Y, esta vez, no iba a ser menos. A través de unas declaraciones recogidas por 'Mundo Deportivo' después de la carrera en Zandvoort, el ovetense ha reconocido que volvió a tener una buena superstición en territorio neerlandés.
La realidad es que el piloto español de Aston Martin decidió no cambiarse el casco mojado durante la bandera roja en la carrera por miedo a perder el podio, por lo que pasó toda la carrera con el mismo casco mojado por el sudor y la lluvia.
"Tenía un casco súper mojado de las primeras 60 vueltas, de la lluvia, el sudor y todo eso. Y tenía otro casco nuevo ya listo para la resalida. Y cogí el nuevo para ponérmelo y dije: 'no'. Hoy tiene que ser este casco porque de momento fue todo bien y si me pongo el nuevo ahora, igual me sale algo mal", confiesa el asturiano.
Lo que está claro es que, con supersticiones o sin ellas, Fernando Alonso cuajó una de sus mejores carreras personales y se asegura así la tercera posición en el Mundial de Pilotos y, además, comienza a acercarse a 'Checo' Pérez.