Fue un momento en el que al mundo de la Fórmula 1 se le encogió el corazón. La mujer de Romain Grosjean, Marion, ha recordado cómo fueron esos segundos de infarto.
El piloto estuvo en las llamas durante varios segundos en el accidente de Sakhir, en el que afortunadamente salió ileso gracias a la ayuda de los comisarios y a su rapidez para abandonar su Haas.
Así lo recuerda Marion en 'Motorsport Magazine': "Escucho al comentarista decir que un Haas ha salido disparado en la parte de atrás del grupo, justo cuando vemos una explosión aterradora. Al mismo tiempo, el Haas de Kevin Magnussen aparece en grande en la pantalla de nuestra salón".
"¿Romain está en algún punto de ese incendio? Sí, lo está. No sé cómo llegó allí ni cómo está, pero está claro que mi esposo está involucrado en uno de los accidentes más horribles de esta década", cuenta.
Fueron momentos de miedo: "Todos contienen la respiración a la espera de noticias tranquilizadoras, pero no llegan. ¿Dónde está Romain? ¿Está consciente? Los segundos pasan y no hay repetición. No hay explicaciones, sólo las banderas rojas ondeando".
"Al principio mi hijo gritó, pero no se dio cuenta de que el coche que estaba hecho pedazos y estalló en llamas tenía a su padre dentro. Saltamos de nuestros asientos. Tenía la sensación de que acababa de pasar algo grave", desvela.
Incluso llegó a aceptar que Grosjean podría haber muerto: "Mi cuerpo casi lo acepta y se relaja. Se acabó. No tengo miedo, pero me abruman las preguntas: ¿Qué parte de mí se va a quemar primero? ¿Dolerá? Pero pienso en mis hijos, en casa. Puedo imaginarlos frente a mí. ¿Crecerán sin papá? ¿Los voy a abandonar? Me niego. Me necesitan. Debo luchar por ellos, no puedo dejarlos".
La mujer vio por televisión cómo salía del coche y respiró: "Está vivo. Grito. ¡Está vivo! Abro la puerta del salón y corro escaleras arriba y les grito a mis hijos '¡Papá está bien! ¡Todo está bien!'".
Instantes después recibió la llamada de Jean Todt: "Mi teléfono suena: '¿Hola? Marion, soy Jean Todt. Estoy con Romain, está bien'. Doy un suspiro de alivo, probablemente jadeo. Ahí es cuando de repente escucho, a lo lejos: 'Mosquito, estoy bien'. La voz es clara, casi alegre. Esas palabras se harán eco durante el resto de mi vida".
Minutos después el piloto francés hizo una videollamada con toda su familia. Una videollamada que tranquilizó a todos tras varios minutos de verdadera angustia en la que Marion llegó a pensar que Romain había fallecido.