La policía tuvo que cargar contra las radicales turcos, un momento de máxima tensión donde los insultos y los objetos comienzan a ser lanzados contra nuestro cámara.

Los vecinos se mostraron indignados y la prensa se convirtió en el objetivo. En total, algo menos de 1.000 ultras del Galatasaray destrozaron todo lo que tenían a su paso y que sobrepasaron los límites.