Takefusa Kubo protagonizó uno de los traspasos mnás morbosos el verano pasado, al convertirse, tras su paso por la liga japonesa, emn jugador del Real Madrid, eterno rival de su club de formación, el FC Barcelona.
El japonés se fue al RCD Mallorca en calidad de cedido y, en la jornada 16, el calendario le juntó de nuevo con su alma mater como futbolista en la visita de los bermellones al Camp Nou. La grada, siempre juez de estos fichajes y 'traiciones', no olvidó la contratación de 'su' joven perla por el club de Chamartín y así se lo hizo saber, con pitos continuados durante los 90 minutos de partido, cada vez que 'Take' tocaba el balón.
"Tomé mi decisión y tienen derecho a pitarme. Creo que lo merezco", reconoció un sincero Kubo tras la 'manita' que infligió el equipo azulgrana a insulares. No obstante, "había gente que aplaudía, lo que daba fuerzas" pese la constante reprimenda del respetable en el coliseo culé.
Kubo no fue capaz de sacar a relucir la calidad a raudales que atesora en sus botas, en un segundo plano por la exhibición coral del conjunto de Valverde en la primera parte, personificada en el de siempre, en un Leo Messi que brindó su sexto Balón de Oro a la afición, antes de que pintara otra obra de arte en 90 minutos con su 'hat-trick' número 35 en la competición liguera.
Además de la actuación de Messi, destacó la redención de Luis Suárez con un taconazo que culminó una jiugada al primer toque en la frontal del área, como firme opositor a gol de la temporada y la figura de Griezmann que, con su quinto gol en Liga este año, muestra cada día más síntomas de entendimiento con el juego del equipo y con los otros dos inteegrantes de la tripleta atacante culé.
Por parte del Mallorca, lo más destacable fue el doblete de Ante Budimir, que supuso su cuarto y quinto gol en lo que va de temporada. También, en el pla no extradeportivo, trascendió un rifirrafe entre Vicente Moreno y Leo Messi, por la diferente interpretación de una falta que se zanjó con un acalorado intercambio de opiniones en la zona técnica del banquillo mallorquinista.