El Glasgow Rangers - Slavia Praga vivió la que es, sin duda, una de las entradas más salvajes de la historia del fútbol. Fue en la segunda parte cuando, en el minuto 61, Kemar Roofe propinó una tremenda patada en la cara contra el arquero Onderj Kolar, de los checos.

Fue en un ataque de los escoceses. En ese momento, Roofe trató de ganar un balón con el portero saliendo del área pequeña. Sin embargo, acabó golpeando con sus tacos en el rostro del guardameta.

En cuanto sucedió la acción, los jugadores visitantes solicitaron la inmediata presencia de la asistencia médica.

El portero se marchó del campo en camilla y con claros gestos de dolor. En su cara, sangre, mucha sangre.

Evidentemente, Kemar Roofe se fue a la calle con tarjeta roja directa.

Poca protesta había en una jugada que no ofrece lugar a dudas, y menos mal que no pasó nada más porque el impacto, directo a la cara del rival, fue brutal.