En 2017, salpicado por el 'caso Soule', Ángel María Villar fue inhabilitado por el Consejo Superior de Deportes como presidente de la Real Federación Española de Fútbol.
Su sustituto inmediato fue el entonces tesorero de la RFEF, Juan José Larrea, que llevaba muchos años dentro del organismo, hasta que Luis Rubiales alcanzó la presidencia un año después.
¿Se volverá a repetir el 'modus operandi' con el motrileño? La respuesta es no. Tras presentar su dimisión en la Asamblea de este viernes, se establecerá una Junta Gestora que tomará la dirección de la Federación hasta finales de 2024.
Será dos meses después de la conclusión de los Juegos Olímpicos de París (finales de octubre y principios de noviembre) cuando se celebrarán elecciones a la presidencia de la RFEF, tal y como reza el artículo 31 de los Estatutos de la Federación.
"Si el Presidente cesara por causa distinta a la conclusión de su mandato, la Junta Directiva se constituirá en Comisión Gestora y convocará elecciones para proveer al cargo; el que resulte elegido ocupará el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir al sustituido, siendo además de aplicación, en lo que a éste respecta, la norma que prevé el artículo 23.2, del presente ordenamiento", explica.
El favorito a reemplazar a Rubiales es Pedro Rocha, presidente de la Federación Extremeña y vicepresidente de la RFEF, mientras que Pablo Lozano, presidente de la territorial andaluza, tiene en la mira las elecciones de 2024.