Luis Rubiales suma una nueva polémica a su amplia lista que se remonta a sus comienzos como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Rubiales dejó su cargo a raíz de su escándalo más sonado: su beso no consentido a Jenni Hermoso. Tras prometer que no dimitiría y explicando que le pidió a la jugadora darle "un piquito", se aferró a su cargo hasta que la situación fue insostenible.
El mismo día del beso a Jenni Hermoso, se vio a Rubiales celebrar de una forma fuera de lugar en el palco junto a la reina Letizia. También fue denunciado por parte de Tamara Ramos, una extrabajadora de la AFE durante su etapa como presidente, por haber tenido actitudes machistas y vejatorias.
Rubiales contestaba a la polémica con más polémica. Poco después de destaparse las millonarias comisiones por llevar la Supercopa a Arabia Saudí y de unas explicaciones surrealistas, en las que aseguró que no descartaba que le pudiesen introducir cocaína en su maletero, se subió el sueldo. Para no pasar apuros, se puso una ayuda mensual al alquiler.
Pero sus polémicas no acaban ahí. También está su viaje a Estados Unidos con una mujer que encubrió simulando reuniones con Naciones Unidas y NFL. Además, su propio tío denunció que en 2020 se produjo una fiesta privada en un chalet de Salobreña al que se habría invitado a un grupo de ocho o diez chicas jóvenes pagadas con tarjetas de empresa de la RFEF.