Boca Juniors se despidió esta noche de martes de su hinchada en Buenos Aires mientras el autobús del equipo, que avanzaba empujado por los propios aficionados y con ultras presentes, salía al aeropuerto para ir a Madrid a jugar la final de la Copa Libertadores contra River Plate.

Los jugadores y el cuerpo técnico de Boca Juniors salieron desde los alrededores de la Bombonera y a la salida del barrio de La Boca les esperaba su afición, entre las que se encontraban miembros de la barra brava (ultras) relacionada al club, "La 12", que escoltaron al autobús entre cánticos y bengalas.

Alrededor de 500 aficionados ajenos a la barra quisieron despedir a su equipo en el aeropuerto y esperaron hasta que apareció el autobús, con Darío Benedetto y Fernando Gago en las primeras filas para acompañar las canciones de los hinchas.

Carolina Fignioni, aficionada xeneize, dijo que se emociona tan solo de poder ver a los jugadores antes de la final para decirles adiós, mientras Tania Valdés insistió en que le habría gustado que este superclásico se jugase en Argentina. "Pero si no se puede y si no queda otra ya está, la ganaremos allá", aseguró.

La Conmebol cambió la sede del encuentro después de que el partido original, que se iba a disputar en el Monumental, se suspendiera después de que hinchas de River lanzaran piedras sobre el autocar que transportaba a los futbolistas y el cuerpo técnico de Boca, lo que provocó heridas a varios jugadores.

Así, el partido final de la Copa Libertadores 2018 se jugará en el Santiago Bernabéu el próximo domingo a las 20.30 hora española