El peor Barça del curso, que aún no ha restañado las heridas de la goleada sufrida ante el PSG en Champions, se salvó de la tragedia con un penalti transformado en el minuto 90 por Leo Messi, que evitó que su equipo se despidiera prácticamente de la Liga ante un sorprendente Leganés (2-1).
Se ha quedado sin fútbol el equipo azulgrana en el momento culminante del curso. Abandonado a su suerte, el Barça tuvo en Ter Stegen a su mejor hombre y casi acabó pidiendo la hora en un tiempo añadido que se le hizo eterno frente a un rival dispuesto no a llevarse un empate, sino a lograr una victoria histórica.
Cuando el Leganés se había animado a buscar el triunfo, Neymar forzó un penalti que transformó Messi en el minuto 90. Aún quedaban cinco minutos por jugar y El Zhar tuvo el 2-2 en sus botas.
El Barça fue un equipo irreconocible. Sigue en el diván, sin recuperarse del batacazo de París, sin apenas constantes vitales y con las dudas que se adivinaban desde el principio de curso y otros nuevos síntomas sin diagnosticar que han ido apareciendo con el paso de los partidos.
Y eso que todo empezó muy bien para los de Luis Enrique, con un tanto en el minuto 4 en la primera aproximación de los catalanes. Se encontraron los tres delanteros, inició la jugada Neymar y Suárez asistió a Messi en el segundo palo (1-0).
Con una alineación sin Piqué ni Iniesta, reservados por el técnico de inicio, con Busquets en la grada por sanción y Mascherano por lesión, los azulgrana jugaron sin continuidad, con una media inexistente y todas las dudas en defensa.
El carácter errático de André Gomes, la apatía de Rakitic y la falta de fluidez de Rafinha resumían el estado de la zona de creación azulgrana. Atrás, Digne tenía problemas en las transiciones y la pareja de centrales (Umtiti, Mathieu) denotó una falta de coordinación, ya que prácticamente nunca juegan juntos. Adelante, Luis Suárez lo intentó, Neymar buscó desbordar y Messi, cuando apareció, fue el mejor.
El Leganés, que jugó con muchas precauciones defensivas, empezó a creer en que se encontraba en el momento adecuado para sorprender al Barça, justo el día que jugaba su primer partido de la historia en el Camp Nou. De hecho, el mejor jugador azulgrana fue Ter Stegen.
El meta alemán fue determinante en una doble parada sobre El Zhar en el minuto 17, en una jugada en la que la cadena de errores del Barça quedó patente. Los azulgrana, con un juego plano, siempre horizontal, apenas llegaban ante la meta de Herrerín, que en el primer tiempo no tuvo que intervenir ante la falta de inacción de los locales.
Con orden, el Leganés tuvo hasta tres llegadas sobre la meta azulgrana hasta el final del primer tiempo. La primera en un remate de cabeza de Mantovani a la salida de un saque de esquina, la segunda cuando Mathieu enmendó la plana a Umtiti y arrebató el balón a Guerrero y la más clara en el minuto 45, cuando de nuevo El Zhar puso a prueba a Ter Stegen, que volvió a salvar a su equipo ante una grada dividida entre los favorables y los contrarios a Luis Enrique.
Siguió el Barça sin reaccionar en el segundo tiempo. El problema ya era de confianza, los jugadores estaban bloqueados y salvo Ter Stegen, las constantes vitales de los azulgrana estaban bajo mínimos.
Tras un nuevo error de Umtiti, Guerrero tuvo el empate, salvado de nuevo por el alemán (min.55) en su cuarta intervención de mérito hasta entonces. Sin continuidad, la tripleta de delantera local lo intentó en solitario, como en una acción de Nyemar salvada por Herrerín (min.58). Y en el 67, Guerrero se plantó ante Ter Stegen en una jugada en la que los madrileños reclamaron falta de Mathieu en un uno contra uno.
El empate de Unai López, en el 71, fue la consecuencia de lo que se estaba viendo sobre el Camp Nou. Los barcelonistas, lejos de reaccionar, entraron en estado de 'shock', los aficionados centraron sus críticas en André Gomes y Luis Enrique reaccionó en el minuto 80 poniendo en juego a Iniesta, Denis Suárez y Alba por Gomes, Rafinha y Digne, respectivamente.
Al final todo se decidió en una acción personal de Neymar, que forzó un penalti. Anotó Messi el 2-1 desde el punto de penalti en el minuto 90, un triunfo que no puede esconder el desastroso partido del Barça, que estuvo a un paso de tirar la Liga por la borda.