El pasado sábado se vivió una escena lamentable en Sestao. En la visita del Rayo Majadahonda, el portero Cheikh Kane Sarr terminó expulsado después de enfrentarse a los aficionados que se encontraban detrás de su portería profiriéndole insultos racistas.

En una entrevista a 'El Mundo', el portero senegalés ha explicado cómo los improperios fueron a más y en qué momento explotó.

"En la segunda parte cuando cambiamos de campo, ya empecé a notar algunos gritos. En el minuto 50 empezaron a hacer los sonidos del mono, del simio. En el 82, después de recibir el segundo gol, fui a coger agua para beber. Entonces escuché de todo: 'Negro de mierda, puto negro'", arranca.

Fue en ese momento cuando se lanzó a por el hincha: "No podía más. Estaba muy nervioso. Había escuchado los gritos. Estoy en ramadán... Quería preguntarle por qué me trataba así, si tenía o no familia y podía comprenderme. No tenía intención de agredirle para nada, en absoluto. Por eso le agarré por la bufanda. ¿Cómo iba yo a pegarle? Jamás he agredido a nadie".

Después de que los jugadores del propio Rayo le separaran, El árbitro le expulsó, argumentando en el acta que Sarr se acercó con intención de agredirle.

"Lo que quería era pedirle explicaciones. Preguntarle por qué me sacaba una tarjeta roja. La verdad, no puede ser que al que insultan y sufre, además lo sancionen", ha explicado.

"No se qué pasará con la decisión del Comité de Competición, pero me gustaría que pensaran en esto. A nadie al que insulten se puede sancionar por reaccionar. Insisto. No fue violencia, fue querer dialogar. Además, el árbitro ni siquiera se acercó a preguntarme a mí qué había pasado. ¿Cómo puede ser eso? La verdad, pensé que lo primero que iba a hacer era protegerme a mí, pero no. Lo que hizo fue expulsarme", ha zanjado.