El Paris Saint-Germain es un desastre. Un equipo plagado de estrellas que no juega a nada. Faltan dos semanas para la ida de los octavos de Champions ante el Real Madrid y las críticas son salvajes.
Jugadores y entrenador criticados. Y Leo Messi más cuestionado que nunca. Así respira París, el macroproyecto de Catar, que no está cumpliendo con las expectativas generadas en verano.
Messi, que apenas suma un gol entre Liga y Copa es una de las dianas. "Sigue siendo aprobado justito", dice la prensa gala, que no le ve como "el líder" del equipo.
Además, Sergio Ramos es duda para ese partido. Apenas ha jugado cinco partidos desde que empezara la temporada y la situación empieza a ser muy tensa. "No sabemos el tiempo de su lesión", ha dicho Mauricio Pochettino.
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Todo ello unido a la advertencia de los aficionados más radicales en redes sociales: "Nuestra paciencia tiene límites".